Manuel Pérez: «Nunca he dejado de estudiar»

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

GALICIA

Oscar Vázquez

El político e hijo de panaderos puso en marcha la renta de integración social de Galicia salvando las reticencias de Fraga y ha sido el único alcalde del PP en Vigo con mayoría absoluta

03 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Antes de que existiese el ingreso mínimo vital, Manuel Pérez Álvarez (Sober, 1946) tuvo que pelearse con Fraga para convencerle de lo necesario que era poner en marcha en Galicia la renta de integración social (risga) que ha salvado de la inanición a miles de gallegos desde que se creó esta prestación en el año 1990. Entonces Pérez dirigía la Consellería de Traballo y contaba con un gran equipo que le ayudó a salvar las reticencias de Xosé Antón Orza, «que en paz esté», y del propio presidente de la Xunta. «Orza era muy receloso y hubo dificultades para convencer a Fraga de que la medida era socialmente necesaria y electoralmente muy buena para un partido liberal conservador», recuerda.

Este licenciado en Derecho e Inspector de Trabajo durante décadas es ahora «un jubilado activo». A sus 74 años, que acaba de cumplir el pasado 29 de noviembre (aunque aparece inscrito el día 3 de diciembre), sigue velando por la salud laboral colaborando con la preparación de los futuros inspectores de Trabajo. «Yo siempre me he sentido inspector y nunca he dejado de estudiar», señala. A media mañana comparte tertulia en el café tras haberse informado de las noticias del día. «Soy suscriptor de La Voz y la recibo en papel todas las mañanas. Me gusta desayunar leyendo las noticias en el periódico», recalca. Luego dedica un tiempo al estudio de la legislación. Por las tardes está pendiente de su madre, que tiene 97 años, aunque ahora no la puede visitar tanto como quisiera por culpa de la situación sanitaria. Por ese mismo motivo no abraza desde agosto a su nieta que vive en Madrid. A comienzos del año próximo, su hijo Manuel va a tener su segundo hijo «y nos hace mucha ilusión», cuenta mientras muestra orgulloso la fotografía de su nieta Inés, de 16 meses, a la que suele ver por videollamada. También hace «actividades y paseos en familia con mi mujer, María».

Manuel Pérez ha sido el único alcalde del PP de Vigo con mayoría absoluta (1995-1999) y considera que la clave de su éxito fue su popularidad, porque conocía a la perfección la «confederación de aldeas que es Vigo», dice parafraseando a un clásico. Su padre llegó a la parroquia viguesa de Cabral en el año 1961 dejando atrás las vacas y su vida de labrador en una aldea de Sober. Adquirió una panadería, Elena, y los dos progenitores, trabajando muchísimas horas al día, consiguieron dar carrera a sus cuatro hijos. «En vacaciones descargábamos sacos de harina y por eso hemos sufrido hernias de disco». A Pérez la preocupa la situación del PP actual en Vigo y señala que un candidato o candidata «tiene que tener una tarjeta de presentación y no desentonar en el Club de Campo, pero tampoco en la taberna de la señora Lola».