El gran operativo desplegado ya frente a las Rías Baixas —por el Servicio Marítimo de la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria— arrinconó al semisumergible en la ría de Aldán, que Agustín conoce bien. A unos 30 metros de la playa de O Foxo, en Punta Couso (Hío, Cangas). Ahí, a 30 metros del litoral, se hundió el primer narcosubmarino cargado de cocaína interceptado en el Viejo Continente tras cruzar el Atlántico. Lo nunca visto en Europa y un golpe de realidad que evidencia el verdadero poder soterrado del narco global y su devoción por las costas galaicas. Era la madrugada del 24 de noviembre y los dos ecuatorianos cayeron al pisar tierra. Pero de milagro, apenas saben nadar y casi mueren en el intento. Ya el 29, agazapado en una casa a pocos kilómetros, sediento y hambriento, se localizó y arrestó a Agustín.
Cuatro implicados más
En días sucesivos fueron los investigados en tierra, todos de Vigo, por su presunta colaboración en esta descarga a la desesperada de 100 millones de euros en perico. Iago Serantes y Yago Rego serían los principales colaboradores de Agustín en la Península; a Enrique Carlos Serantes, padre de Iago; y Rodrigo Hermida, ya se les ubica en un peldaño inferior, pero igual de implicados, según la reconstrucción policial del ECO Galicia. Los cuatro fueron saliendo de prisión en el últimos meses. Iago Serantes, el último, tras abonar una fianza de 23.000 euros impuesta por el Juzgado de Instrucción número 1 de Cangas, que lleva el asunto. La jueza entendió que no había riesgo de fuga, aunque deja claro que Iago «era el hombre de atrás, un organizador, muchísimo más que un encubridor».