La línea del AVE gallego será reforzada para evitar invasiones de vehículos en la vía

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Imagen del descarrilamiento de un Alvia cerca de Zamora por la caída de un vehículo a las vías desde un paso elevado
Imagen del descarrilamiento de un Alvia cerca de Zamora por la caída de un vehículo a las vías desde un paso elevado Europa Press

El ADIF detecta decenas de puntos de riesgo a lo largo del trazado

16 nov 2020 . Actualizado a las 09:40 h.

El accidente ocurrido en junio en la base de montaje de La Hiniesta, cuando un vehículo se precipitó sobre las vías desde un paso elevado provocando el descarrilamiento de un Alvia y la muerte de un maquinista gallego -su compañero sufrió heridas muy graves-, puso sobre la mesa el riesgo de las invasiones o caídas de vehículos a la plataforma ferroviaria. En este caso se trataba de una línea convencional, en la que no hay obligación de instalar los dispositivos que detectan la caída de objetos a la vía, de ahí que el todoterreno estuviera una hora en la vía sin que se alertara del obstáculo.

A raíz de otros casos similares en vías de alta velocidad, el ADIF considera necesario proteger centenares de puntos -e incluso decenas de kilómetros de trazado- en toda la red de alta velocidad, incluida la línea gallega, para evitar el acceso de vehículos a las vías. Se trata de una medida preventiva necesaria, teniendo en cuenta la velocidad a la que circulan los AVE, y la escasa capacidad de reacción que tienen ante cualquier obstáculo.

Este contexto explica que todas las líneas de altas prestaciones estén completamente valladas. Aunque ni esta medida ni los detectores de caída de objetos parecen suficientes para los técnicos que analizan los riesgos de accidente, como da entender el informe que sustenta una contratación para reforzar la seguridad de la red en estos aspectos.

Los técnicos del ADIF no aluden al trágico accidente de Zamora, investigado por la Justicia, sino a otro suceso ocurrido el pasado 8 de febrero, cuando se produce «una grave incidencia como consecuencia de la invasión de la plataforma ferroviaria por parte de un vehículo que circulaba a gran velocidad» en un punto de la línea Madrid-Levante. El coche se había precipitado desde un paso elevado, como en el caso del suceso de Zamora. Afortunadamente el tren que circulaba cerca en ese momento se quedó parado: el turismo destrozó la catenaria y el tren se quedó sin energía. No queda claro si funcionó el detector de caída de objetos.

Dos días después de este suceso, la Subdirección de Operaciones de Alta Velocidad solicitó a los responsables territoriales de las bases de mantenimiento que realizaran un reconocimiento sobre el terreno «de las zonas de riesgo frente a posibles invasiones de la plataforma por parte de los vehículos», que transitan por los caminos de servicio y viales de cruce junto a la infraestructura ferroviaria.

Zonas «de riesgo»

Como resultado de ese reconocimiento, «se ha determinado que existe un elevado número de zonas de riesgo», aunque la posibilidad de ocurrencia «es muy baja», se asegura en el informe para justificar la contratación de medidas para reforzar la seguridad en estos puntos, empezando por la redacción de los proyectos. Pese a esa baja probabilidad de que ocurra un suceso como en de Zamora o el de la línea a Levante, «se considera necesario realizar las actuaciones de mejora tendentes a eliminar las zonas de riesgo, debido a las graves consecuencias que podría ocasionar a la explotación ferroviaria y a sus usuarios», concluyen. La cultura de la seguridad y la prevención de accidentes se basa a menudo en conjurar peligros que pueden parecer remotos.

En el eje de alta velocidad Norte, en el que está incluida el nuevo acceso ferroviario a Galicia -el tronco principal es común hasta Olmedo (Valladolid)- se detectaron 202 pasos superiores de riesgo. También 112 puntos de viales perpendiculares con peligro de invasión, así como 68 kilómetros de carreteras paralelas al trazado ferroviario que precisan mejores elementos de protección para evitar intrusiones.

Por el momento, se trata de la redacción de los proyectos. Las obras vendrán más adelante, y buena parte de ellas serán realizadas por el propio personal de mantenimiento del ADIF.