susana luaña
Los movimientos sociales del 15M, que renegaban de los viejos partidos y promovían la entrada de los ciudadanos de a pie en las instituciones; las diferencias de Beiras con la cúpula de la UPG, que lo animaban a abandonar la organización, y la mediación de Yolanda Díaz para que el veterano político nacionalista y un asesor suyo de Madrid, de nombre Pablo Iglesias, creasen una alianza electoral. Esos son los tres factores que provocaron en el 2015 el nacimiento de las mareas gallegas, un proyecto misceláneo, diverso y progresista que luego fue copiado en otras partes de España. Ese año, en las elecciones locales, las mareas municipales -en las que había militantes de Podemos, de Esquerda Unida, de los partidos escindidos del BNG y agrupaciones locales independientes- conquistaron alcaldías significativas de las ciudades gallegas -A Coruña, Santiago y Ferrol- y en el 2016, el partido instrumental En Marea, aunque no logró la presidencia de la Xunta, se hizo con el 20% de los votos gallegos y se colocó como primera fuerza de la oposición.