Así se evitó que un vuelo de Santiago chocara con otro avión: «¡Ya está bajando el mío!»
La descoordinación entre dos controladores provocó 87 segundos de infarto en el que los aparatos estuvieron a solo 187 metros
redacción / la voz
Una serie de desafortunadas situaciones encadenadas, incluida la providencial intervención de un controlador de Burdeos, provocó que el 2 de octubre del 2018 un vuelo Santiago-Palma y otro entre Sevilla y Toulouse estuvieran a punto de chocar a la altura de Pamplona al estar a apenas una distancia vertical de 187 metros, un margen mínimo teniendo en cuenta la velocidad a la que suelen ir estos aparatos, entre 800 y 900 km/h. Aunque La Voz dio la noticia después del incidente, y hace unos meses trascendió el relevante aviso del controlador de Burdeos, que alertó a los españoles del peligroso acercamiento a las 14.55.22 horas, la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil acaba de publicar el informe completo de la investigación, en el que apunta a una serie de descoordinaciones en el servicio de control aéreo, sin que intervinieran negativamente las tripulaciones de los dos aviones, ambos de Ryanair.