Los prototipos, listos para la lucha contra la niebla en la A-8

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Ministerio de Transportes, movilidad y agenda urbana

La fase experimental se inicia seis años después del accidente múltiple que forzó los cortes de la transcantábrica en O Fiouco

04 nov 2020 . Actualizado a las 14:37 h.

Ha sido un proceso largo para buscar soluciones innovadoras contra la niebla en el tramo de la autovía del Cantábrico (A-8) entre Mondoñedo y A Xesta, en el ya célebre alto de Fiouco. Tras un prolongado período de tanteo en el sector iniciado en el 2015 para buscar soluciones a la niebla que obliga a menudo a cortar el tráfico en esta zona y desviarlo por la sinuosa N-634, los prototipos de las propuestas escogidas están ya instalados -con distintas intensidades, pues algunos son más complejos que otros- en la zona más afectada por las brumas que, procedentes del mar, son capaces de reducir al mínimo la visibilidad. Técnicos del Ministerio de Transportes y del comité de expertos que deben coordinar este proceso estuvieron ayer presentes en la zona afectada -cuatro kilómetros de la A-8- comprobando el funcionamiento de las cuatro soluciones escogidas, y continuarán hoy supervisando las pruebas.

En los últimos meses se ha acelerado sensiblemente el proyecto para aprovechar las partidas que ya estaban presupuestadas. De ahí que las pruebas se lleven a cabo hasta diciembre, una época que no es precisamente la más compleja en lo que respecta al singular régimen de nieblas en la zona. Curiosamente, los cortes más habituales se producen en mayo, junio y julio. El proceso está por tanto condicionado a que efectivamente haya episodios de baja visibilidad en los que se pueda probar la fiabilidad de las cuatro soluciones. La fase experimental da comienzo, por tanto, seis años después de que se produjera el accidente múltiple que provocó una víctima mortal y múltiples desperfectos, y que forzó la decisión de cortar la autovía cada vez que la falta de visibilidad superaba un determinado umbral. A menudo se reduce a menos de 40 metros.

Leyre Sáenz, de Tecnivial, explica el proyecto que su empresa ya ha situado en la autovía para comprobar su efectividad. «El sistema consiste en unas balizas dispuestas en los márgenes de la calzada que contienen un diodo semiconductor láser, que al ser una luz coherente, no provoca contaminación lumínica y permite trazar el contorno de la carretera en condiciones de visibilidad casi nula». Este sistema cuenta con un centro de control y mando con sensores «que activan el sistema cuando la niebla aparece, y detectores de velocidad que avisan, mediante intermitencias de los haces láser de las balizas, de la presencia de vehículos circulando a baja velocidad, alertando al resto de usuarios de la vía».

Este es uno de los dos métodos de ayuda a la conducción que fueron seleccionados. El otro es un sistema de señalización horizontal que se proyecta sobre la superficie de la vía para transmitir información a los conductores.

Los otros dos sistemas están pensados para reducir o eliminar la niebla. Uno de ellos se servirá de una estructura en pérgola para sostener aspersores que dispersarán sustancias higroscópicas, capaces de condensar la niebla convirtiéndola en gotas de agua. El otro consiste en la instalación de barreras aerodinámicas antiniebla, con el objeto de frenar la corriente de aire que arrastra la bruma marina. El aire más próximo al suelo, que es el que tiene menos humedad, se guía hacia la parte inferior de la barrera para aumentar la visibilidad en la calzada.

Estos proyectos fueron seleccionados de un total de seis que llegaron a la fase de compra pública precomercial, por lo que la viabilidad teórica de estas soluciones ya está demostrada. Ahora solo queda verificar su correcto funcionamiento en el entorno real para después contratar los que mejor logren resolver la problemática. Para la puesta en marcha definitiva de los dos sistemas aún habrá que esperar.