La jueza encarcela por asesinato al santiagués que asfixió a su sobrino de 3 años

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Agentes de la Policía Nacional ante la casa de Santiago en la que mataron al niño
Agentes de la Policía Nacional ante la casa de Santiago en la que mataron al niño XOAN A. SOLER

Cree que Santiago Cepeda era consciente de sus actos cuando mató al niño

29 oct 2020 . Actualizado a las 00:01 h.

Santiago Cepeda, el compostelano que el pasado 21 de septiembre mató, presuntamente, a su sobrino de 3 años asfixiándolo en el domicilio de los abuelos, ingresó ayer en prisión por orden de la titular del Juzgado número 1 de Santiago, Ana López Suevos. La magistrada, en contra de la tesis de la defensa de Cepeda Quintela, no cree, al menos en principio, que el sospechoso no era consciente de sus actos cuando esa tarde cogió a su sobrino, lo llevó al piso superior de la casa y le quitó la vida tapándole la nariz y la boca para que no pudiese respirar. Por lo tanto, al considerarlo imputable, acordó su ingreso en prisión, y en la misma tarde de ayer, el tío del pequeño fue trasladado a Teixeiro, donde seguirá bajo tratamiento médico.

Desde que ocurrieron los trágicos hechos hasta que ayer fue trasladado a las dependencias judiciales para prestar declaración, Santiago Cepeda permanecía ingresado en la unidad de Psiquiatría del Hospital Provincial de Santiago. Ayer, no regresó más que para buscar sus cosas, ya que, por orden de la jueza, fue trasladado a la cárcel.

La magistrada tomó la decisión después de escuchar a los médicos que están atendiendo al presunto asesino, un hombre que ya tiene antecedentes psiquiátricos. Teniendo en cuenta el informe del diagnóstico hospitalario y la evaluación inicial realizada por el forense que atendió a Cepeda, concluyó que no había motivos para considerar que el sospechoso no fuese consciente de su actos en el momento del suceso, y por eso cree que está capacitado para ser investigado por un delito de asesinato. De ahí su ingreso en prisión, comunicada y sin fianza.

Brote psicótico

La decisión de la magistrada supuso un duro golpe, tanto para la familia como para el entorno del sospechoso, que difícilmente podrá recuperarse de lo sucedido y que, hasta la fecha, defendía que Santiago Cepeda había sufrido un brote psicótico como consecuencia de su enfermedad mental, y que había asfixiado a su sobrino sin ser consciente de lo que hacía.

Según su abogado, los testimonios de sus allegados confirman esa tesis. El letrado, Evaristo Nogueira, asegura, además, que esos mismos testigos indicaron que la relación de Cepeda con sus sobrinos —el niño asesinado y sus hermanas— era muy buena y que estaba muy unido a ellos. «Por lo tanto, no hay móvil, no hay ningún elemento objetivo que sustente su intención de hacerle daño», sostiene el abogado.

El crimen tuvo lugar en la calle Loureiros de Santiago, en el barrio de Santa Clara. El niño estaba jugando en la casa de sus abuelos con sus hermanas cuando, al parecer, su tío lo agarró, lo subió a la planta alta de la vivienda, se encerró con él en una habitación y lo asfixió sin que su madre, la abuela del menor, que estaba en la planta baja, fuese consciente de lo que ocurría. El padre del niño llegó, en esos momentos, al domicilio y trató de auxiliar a su hijo, pero ya no pudo hacer nada para salvarle la vida.

El acusado dijo que no recordaba nada y manifestó el cariño que le tenía a los tres pequeños

Según su abogado, el detenido declaró ante la jueza que no recordaba nada de lo sucedido la tarde en la que, supuestamente, asfixió a su sobrino. Ratificó, además, el testimonio de otros testigos que aseguraban que estaba muy encariñado con los tres niños. En estas declaraciones, en los antecedentes psiquiátricos del sospechoso y en la ausencia del móvil basará su abogado la defensa.

Evaristo Nogueira dice acatar la decisión judicial, pero asegura que él, como letrado, tiene potestad para criticarla «jurídicamente», y por eso seguirá trabajando «para probar que hay ahí una patología». La defensa de Santiago Cepeda puede reunir pruebas con las que recurrir la orden judicial, pero asegura que todavía tiene que reflexionar para decidir su estrategia.

De entrada, cree que la decisión de trasladar al sospechoso a la cárcel no es la más adecuada, porque aunque en Teixeiro seguirá bajo tratamiento psiquiátrico, «ni es el sitio idóneo ni es donde tiene que estar Santiago».

El presunto asesino de su sobrino, de 39 años, trabajaba como profesor en Almería, pero hace unos meses volvió a la casa de su padres en Santiago por su estado depresivo, unos problemas de salud mental que ya había sufrido en el pasado. El confinamiento no hizo más que agravar su estado, pero su familia nunca pensó que estuviese tan mal como para acabar con la vida de uno de sus sobrinos.