Así será la Galicia del año 2030

GALICIA

María Pedreda

Tendrá casi un 5 % menos de residentes, habrá tres personas mayores por cada niño, y la esperanza de vida al nacer alcanzará los 85,12 años

01 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Para vislumbrar cómo podría ser Galicia dentro de diez años no hace falta una bola de cristal. Las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) permiten dibujar algunos de los grandes rasgos que caracterizarán a la comunidad en 2030. Para entonces, varios de los fenómenos que marcan las características sociodemográficas gallegas se habrán acentuado.

MENOS POBLACIÓN

Caída del 4,75 %. A 1 de enero del 2030, el INE calcula que residirán en Galicia 2.574.136 personas, lo que supone una bajada del 4,75 % respecto a la cifra prevista para este año. El 52 % de esos residentes serán mujeres y el 48 %, hombres, casi en la misma proporción que a día de hoy. Sí se incrementará un poco el porcentaje de habitantes nacidos en el extranjero e instalados luego en Galicia, pasando del 9,2 al 11,5 %.

más envejecidos

Edad media por encima de los 50 años. Galicia seguirá envejeciendo. La edad media de los gallegos en el 2030 aumentará en casi tres años y se colocará en los 50,43 (algo más baja para los hombres, 48,82 años, y algo más alta para las mujeres, 51,92).

En un decenio, la comunidad perderá 80.000 menores de edad —habrá 304.000—, y ganará otras tantas personas en edad de jubilación (por encima de los 67 años, que será la edad de retiro a partir del 2027) —serán más de 699.000—. Pero además, el índice de envejecimiento se disparará del 202 % actual hasta el 298 %. Es decir, por cada cien niños de hasta 14 años habrá casi 300 personas de 65 o más años. El número de mayores pasará de duplicar al de niños, a triplicarlo.

Así las cosas, el cuidado de la tercera edad y de las personas dependientes en general será uno de los grandes desafíos. «É o gran reto que vamos ter que afrontar na vindeira década. Porque imos cara un maior avellentamento, mentres que os modelos sociais de convivencia van cara vínculos máis fortes entre as xeracións, pero con menos persoas dispoñibles nos fogares para prestar coidados intensos. Ademais é unha materia pendente do modelo de benestar español», opina la socióloga Raquel Martínez, que señala que habrá que reorganizar los recursos públicos para contar con programas de cuidados de larga duración, pero también repensar el modelo de residencias geriátricas «posto en entredito pola pandemia». Martínez avanza que en el futuro próximo esos recursos deberán combinarse con otras medidas «máis apoiadas na comunidade e na autoxestión dos individuos, como o cohousing, máis enraizados no entorno», con mecanismos que intenten compaginar lo público, lo privado y lo comunitario.

baja más la natalidad

Y sube la esperanza de vida. Si el INE proyecta que este año se cierre con poco más de 15.000 nacimientos, el 2030 no alcanzará los 12.800. Esos niños llegarán al mundo con una esperanza de vida de 85,12 años.

El número de hijos por mujer, que en el año 1981 bajó de los dos que se consideran necesarios para lograr el reemplazo poblacional, continuará apenas por encima del uno (1,078 exactamente), y la edad media a la maternidad seguirá rozando los 33 años (si en el 2020 será de 32,78, dentro de diez años subirá hasta los 32,86). Curiosamente, el porcentaje de hijos nacidos de madres añosas bajará en el próximo decenio. Los bebés con progenitoras de 35 o más años serán el 40,2 % de los nacidos (este año se prevé que lleguen al 46 %), y el 11,35 % tendrán madres de más de 40 (en este 2020 serán más del 13,5 %).

Y es que la paternidad seguirá sin estar de moda. Raquel Martínez apunta a que, además de las causas económicas y relacionadas con los nuevos valores, la falta de políticas de conciliación seguirá siendo clave. «É outro dos retos da nos política pública, pero non vexo trazas dun cambio revolucionaria neste eido. Só queda confiar nos movementos sociais, na contestación cidadá e na forza dos movementos feministas dos últimos anos, pero polo de agora non hai indicios dun poder transformador», argumenta, reconociendo que las mujeres con deseos de ser madres en 2030 encontrarán las mismas trabas que las de hoy.

mÁS INMIGRANTES

Pero también más emigrantes. A lo largo del año llegarán a la comunidad casi 29.000 inmigrantes. De otros puntos de España procederán algo más de 13.500 (una cifra similar a la prevista para este 2020). Desde el extranjero llegarán unos 15.400, lo que implica que el fenómeno se duplicará con respecto al año actual, en el que está previsto que lleguen unos 7.600 inmigrantes de otros países.

¿Será esa Galicia con más inmigración, también una Galicia con mejor integración? «Cando os recursos son escasos, a xente cre que compite, entón ante un mercado laboral precario pode haber friccións. O saudable neste sentido é unha boa educación cidadá sobre a diversidade cultural e tamén moita inversión pública nos barrios que amose que os recursos públicos non son tan escasos nin van so a atender a uns cantos, tendo que pelexar por eles», apunta Raquel Martínez.

Por otro lado, los gallegos seguirán emigrando. Unas 19.700 personas dejarán la comunidad (un 12,5 % más que las previstas en el 2020). Bajará ligeramente el número de personas que tendrán como destino otros puntos de España, mientras que quienes se buscarán la vida en el extranjero crecerán un 85 % y serán más de 7.000. Esa emigración será un fenómeno menos joven. La edad media de quienes emigran a otro país será de 35,15 años, frente a los 33,30 de 2020.

viviendo solos

Más hogares unipersonales. La proyección de hogares del INE apunta a que bajará muy ligeramente su número, hasta los 1.091.379. Pero se acentuará el fenómeno de vivir en soledad. Así, los hogares unipersonales rozarán los 318.000. Es decir, en algo más del 29 % de los domicilios vivirá un único residente. En el extremo opuesto, los hogares con cinco o más convivientes bajarán un de los 62.000 a menos de 50.000 y en el 2030 representarán apenas el 4,55 % del total.

Raquel Martínez, socióloga: «En dez anos non conseguiremos a equiparación no reparto de tarefas»

A decana da Facultade de Socioloxía da Coruña avanza posibles cambios nas relacións sociais e familiares.

-Como serán os fogares do 2030?

-Cada vez temos fogares máis diversos, non existe un único modelo de familia, e é previsible que nos próximos dez anos esta pluralidade sexa cada vez máis forte. Temos novos valores sobre como son as nosas relacións dentro do ámbito familiar, moito máis personalizadas e moito máis coidadas entre as distintas xeracións, e menos autoritarias. Quédanos como reto democratizar máis os fogares e tamén asegurar que existe mellor equilibrio na distribución das tarefas, mellor entre xéneros, pero tamén entre xeracións, porque se delega moito nos máis maiores.

-E imos na boa liña nesa mellor distribución das tarefas?

-Hai indicios importantes de cambios en como se entenden as relacións familiares entre homes e mulleres, e iso está dando froitos de novos valores, entre os homes sobre todo. Pero creo que é un paso moi tímido, non creo que nos próximos dez anos se consiga unha equiparación total.

-Que cambios albisca nas relacións sociais?

-Cada vez as tecnoloxías están máis fortes, e as plataformas dixitais introducen novas pautas de vida e de interacción social. Coido que iso vai consolidar máis a relación telemática, sobre todo no que toca ás relacións dentro do mundo do traballo. Vexo tamén que quizais teñamos que aprender formas de convivencia entre a intimidade e a tecnoloxía. Non sei se vamos ser capaces de salvagardar elementos de intimidade ao mesmo tempo que temos plataformas dixitais a un só clic, porque son bastante invasoras.

-Como serán as áreas rurais?

-Quizais no futuro, se a pandemia continúa, a revalorización do mundo rural será moito máis relevante que a das propias áreas urbanas, que quedarían depauperadas. Pero creo que, aínda que existe a área rural como un área de descanso e de lecer, as xeracións actuais de mozos e mozas non teñen os coñecementos nin as ferramentas nin os valores que require a vida e o traballo do campo. O que si parece lóxico é que poda darse un escenario no que xente que traballe no ámbito urbano ou que faga traballos vinculados ao mundo urbano, pero que pode desenvolver a distancia, opte por residir a áreas rurais buscando as esencias do contacto coa natureza.