El Casco Vello de Vigo renace a golpe de talonario público y privado

E. V. Pita VIGO / LA VOZ

GALICIA

Inversiones millonarias reviven el barrio histórico y pesquero de la ciudad

26 oct 2020 . Actualizado a las 00:06 h.

Durante el confinamiento de marzo, los ruidos de las rebarbadoras siguieron sonando en el Casco Vello de Vigo. Los obreros trabajaban en más de una decena de casas en rehabilitación o reforma. Simboliza el resurgir del barrio pesquero e histórico de la ciudad, un proceso que arrancó en los años 90 para eliminar el ruido nocturno, el tráfico rodado y la droga. El renacer está siendo a golpe de talonario público y privado, con reformas y subvenciones, mudando sedes de organismos a las antiguas calles de vinos y aprovechando oportunidades inmobiliarias. El Casco Vello va camino de convertirse en la primera supermanzana de Galicia. Será un barrio humanizado y peatonal, que se extiende desde la calle del Príncipe hasta O Berbés.

Actualmente, hay grandes proyectos en marcha. La iniciativa privada quiere reurbanizar el área costera. La promotora Gestilar levantará en el Barrio do Cura 400 pisos de lujo con vistas a la ría, en torno a un asilo y unas viejas casas demolidas en las que solo quedaban okupas. El proyecto que intentó poner en marcha en su momento el exfutbolista Karpin (vendió ahogado por las deudas), está aprobado y listo para iniciar la construcción.

Por otro lado, una sociedad ligada al grupo pesquero Interatlantic Fish reconstruye el pazo del marqués de Valladares, en la calle Oliva, para un proyecto sociocultural y de ocio. Está ubicado en una zona turística. En ese entorno, las inmobiliarias ofertan media docena de edificios de hasta cinco plantas, a precios de un millón de euros. Un gancho es dedicarlos a pisos turísticos.

La iniciativa pública animó al barrio con una lluvia de 20 millones que el Consorcio Casco Vello (90 % de la Xunta y 10 % del Concello) destinó en varias décadas a comprar 60 viviendas. Revendió 106 reformadas y 32 locales. Pero el alcalde Abel Caballero demanda más «ritmo inversor».

El pistoletazo de salida fue la rehabilitación de la zona de A Ferrería, especialmente degradada. Cobró vida al mudarse allí el Servicio Común de Notificaciones y Embargos y la pinacoteca Fernández del Riego. También abrieron coworkings (oficinas compartidas). Ayudó que el Concello instalase escaleras mecánicas en la Porta do Sol para salvar las cuestas. Para completar la intervención, ha recibido luz verde de la Xunta el proyecto del Ayuntamiento para rehabilitar la Panificadora y sus silos, declarados BIC. La Zona Franca aportará 7 millones (4,1 ya consignados). Acogerá oficinas e instalaciones socioculturales.

O Berbés es otra zona en ebullición. Antes de finalizar el año, coincidiendo con el arranque del Xacobeo 2021, la Xunta prevé terminar el primer albergue de peregrinos de Vigo en la plaza marinera, en la ruta del Camino portugués por la costa. Invirtió 1,8 millones y tendrá 93 plazas. El vicepresidente Alfonso Rueda recalcó que «Vigo terá o albergue que merece, o que necesita». A pocos metros, la Universidad ultima su sede, no sin polémica por el acabado de su fachada.

Por último, el Concello ha expropiado un frente de viejas casitas marineras para demolerlas y adecentar la plaza de la Colegiata, convertida en basílica. Y aún queda mucho por hacer.

«Comezamos a ter problemas cos pisos turísticos, que expulsan á poboación»

Los vecinos han acogido con entusiasmo el renacer el barrio. El portavoz vecinal de la asociación Casco Vello, Fiz Axeitos, indica sobre las rehabilitaciones que «sempre son insuficientes, gustaríanos que foran a mellor ritmo, mais a suma das públicas e as privadas vanse notando para ben». Un lamento es que «a maiores, están os supostos incumprimentos coas obras (sangrante o da pública) en canto o mantemento dos elementos senlleiros». Y alerta sobre un fenómeno en alza: «Comezamos a ter problemas cos pisos turísticos, se se confirman varios edificios que din que van ser, xa que en vez de fixar poboación expúlsana polo aumento dos alugueiros, algo que xa está vivindo».

En una agencia inmobiliaria que vende grandes edificios en el Casco Vello explica la razón de optar por pisos turísticos: «Los compradores no se plantean residir por faltar plazas de garaje».

Los proyectos siguen en el Casco Vello. Está presta la demolición del pub Edra, en la plaza del Peñasco, para levantar un centro de inserción social de personas en riesgo de exclusión. Hubo iniciativas anteriores como los cuidadores de barrio, una oficina para atender a los sintecho y otra para suministrar metadona que fueron trasladadas. A unos metros de la Porta do Sol, una fundación litiga con los okupas del edificio que quiere rehabilitar.

Por su parte, la Xunta planea instalar en O Berbés una sede del Centro de Arte Contemporáneo (CGAC), próxima al albergue de peregrinos, pendiente de que se sustancie el proyecto. A pocos metros, el Consorcio del Casco Vello, que invertirá 400.000 euros en dos años, compra casas para rehabilitar. En la calle Eduardo Chao ya montó la sede de la Diputación. Y la Xunta impulsará Vigo Crea Barrio Creativo con 17 inmuebles para start-ups.