Personal universitario vulnerable con permiso para trabajar desde casa: una situación excepcional

Mónica Pérez Vilar
mónica p. vilar REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

xoan a. soler

Hay pocos profesores exentos de ir a los centros por razón de salud

10 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La publicación esta semana de la sentencia de un juzgado ourensano obligando a la Universidade de Vigo (UVigo) a concederle el teletrabajo a un profesor de 69 años y con patologías de riesgo ante el covid ha puesto bajo el foco el modo en que se está organizando el trabajo en este nuevo curso para los profesionales con algún tipo de vulnerabilidad .

Desde la Universidade de Santiago (USC) señalan que, siguiendo el protocolo marcado por el Ministerio de Sanidad, el Servizo de Vixilancia da Saúde de la institución está realizando los informes de valoración del personal vulnerable que lo solicita. A raíz de esas evaluaciones, tres trabajadores tuvieron que pedir una baja médica, al no ser compatible su situación médica con el desempeño de su actividad (por ejemplo, por no poder adaptarse su actividad al teletrabajo u otras modificaciones). A otros seis se les concedieron adaptaciones de su actividad. Y solo dos trabajadores están desarrollando trabajo a distancia o de manera no presencial.

En el caso de la UVigo, inicialmente no se establecieron medidas especiales para el personal vulnerable, al considerar que en los centros existe una situación de riesgo 1 (bajo o muy bajo), por no haber contacto con personas asintomáticas. Esa consideración -puesta en duda por la citada sentencia, que entiende que en las aulas hay riesgo 2 porque sí hay posibilidad de contacto con personas infectadas- se mantiene, pero la dirección de la universidad y los sindicatos negociaron en las últimas semanas tomar medidas extraordinarias respecto al profesorado con algún factor de especial riesgo. Así, se marcan tres niveles de vulnerabilidad, y los profesores que se encuadren en los dos más altos pueden solicitar impartir docencia de manera no presencial, bien desde su despacho u otras dependencias universitarias, bien desde su domicilio.

Según la universidad viguesa, actualmente hay 61 docentes que podrían acogerse a esta situación, de los que solo siete han comunicado a la entidad educativa su interés en hacerlo.

Desde la Universidade da Coruña (UDC) confirman que, a día de hoy, hay al menos un miembro del profesorado dando clases en línea por razones de salud. La cifra puede variar en cualquier momento, pero de cualquier modo, son contados los casos en los que se ha tramitado una exención de la asistencia al centro por una declaración de vulnerabilidad del trabajador.

«Espero que a sentenza sirva de precedente e axude a outros profesores a reclamar os seus dereitos»

José Manuel García Sobrado es profesor asociado en la Facultade de Dereito de Ourense. Se declara un enamorado del Derecho y asegura que por eso le hace especialmente feliz que un juzgado de Ourense le haya reconocido el derecho a dar docencia no presencial por su edad (69 años) y padecer diabetes y otros problemas. «É unha sentenza moi ben fundamentada», considera, y espera que esa resolución judicial sirva de precedente y facilite a otros profesores reclamar sus derechos. «Ao presentala pensei en min, pero tamén na demais xente que non se pode permitir presentar unha demanda así, porque ten que rascar o peto para facelo, ou non se atreve porque teme que non lle renoven os seus contratos», explica antes de señalar que «unha cousa é botarlle peito sen ter nada onde agarrarte e outra contar con esta sentenza que xa che librou de minas o camiño».

García Sobrado reconoce que podría simplemente jubilarse, «pero se a min me gusta a ensinanza, por que teño que renunciar ao meu dereito?», reflexiona. Y continúa. «Ben sei que tamén tiña unha falsa solución, pedir unha baixa por estrés, pero négome a usar unha artimaña, eu reclamo os meus dereitos», insiste.

Contra la sentencia cabe recurso, pero este profesor confía en que el mes próximo podrá iniciar sus clases de manera telemática.