Los controladores de fauna en aeropuertos alertan de que Aena contrata sus servicios en precario

Carlos Punzón
c. punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

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La patronal considera un peligro ofertar por 72.000 euros la inspección en Lavacolla, la mitad que en Alvedro y Peinador

10 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La incidencia de las aves y otras especies en los instantes críticos de los vuelos, como lo son el despegue y el aterrizaje, ha llevado a Aena a iniciar la elaboración de un estudio sobre la actividad animal en las proximidades de los aeropuertos gallegos. Pese a reconocer el riesgo que puede conllevar la presencia habitual de gaviotas, cornejas, estorninos, palomas, busardos y la esporádica de corzos, jabalíes y zorros -los más frecuentes en las tres pistas de la comunidad-, la patronal de empresas de control de fauna en aeropuertos advierte que Aena les está abocando a atender en precario dicho seguimiento.

El concurso convocado por Aena para cubrir el servicio de control animal en Lavacolla por 72.000 euros anuales ha encendido las luces de alarma en la Asociación de Empresas de Servicio de Control de Fauna, que se ve incapaz siquiera de cubrir gastos con el despliegue necesario para eliminar peligros potenciales de la pista y campo de vuelo. Señala la patronal que hasta ahora, la media de contratación en la mayoría de los aeropuertos oscilaba entre 140.000 y 160.000 euros, y así, por ejemplo, se ofertó en 130.000 anuales en el caso de Peinador y 140.000 en el de Alvedro.

«El concurso del aeropuerto de Santiago sale en precario, por cuanto el presupuesto máximo de licitación no es suficiente para cubrir todos los gastos», indica la portavocía de la asociación, que recuerda que la propia Aena publicó hace unos años las necesidades que deberían cumplir los controladores de aves para evitar el riesgo de colisión de los aviones con ellas. «Parece que ya no siguen las directrices de sus propias recomendaciones», indica la asociación de empresas, que señala que están obligados a prestar sus servicios de orto (salida del sol) a ocaso (puesta), y con guardias de 24 horas.

Mantienen que los 72.000 euros no llegarían para contratar al personal suficiente para cubrir todos los turnos, dotarse de halcones, perros y hurones, circunstancia que señalan se agrava aún más en Lavacolla al advertir que el aeropuerto compostelano carece de instalaciones apropiadas para mantener a los animales y a sus portadores, «lo que no hace más que imposibilitar o dificultar en grado extremo la prestación del servicio».

Las tres pistas gallegas necesitan contar con 21 halcones y un perro ante la alta presencia de animales en sus inmediaciones, sobre todo por la cercanía de la costa y el monte, o puntos de atracción para las aves como Sogama, las Cíes o las Sisargas.