Alberto Varela: «En Vilagarcía no te aburres»

GALICIA

MONICA IRAGO

El alcalde (PSOE) de la capital arousana y presidente de la Fegamp, confiesa que las pocas discusiones que tiene con su mujer, concejal de Urbanismo, son por cuestiones municipales

18 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Alberto Varela, (Vilagarcía, 1975) tiene buena planta, buena sonrisa, algunas canas y talante. Lo tiene casi todo para la política, aunque ahora que es el representante de los alcaldes gallegos y tiene dos niños pequeños, se da cuenta de que le falta algo: tiempo.

-Si los alcaldes se quejan de la falta de tiempo, ser presidente de la Fegamp tiene que ser ya de traca.

-Es duplicar funciones porque tienes que atender a tus vecinos e intentar echar una mano a todos los alcaldes y alcaldesas gallegos. Y en estas circunstancias especiales, teniendo que improvisar medidas, pasé una temporada colgado del teléfono todo el día. Los ayuntamientos, en esta situación, nos encontramos bastante solos.

-Siempre hay nuevas competencias y pocos fondos.

-Somos el hermano pequeño, el patito feo de las administraciones, aunque somos los que vertebramos todo el Estado. Lo que pedimos es muy sencillo: antes de tomar decisiones, consúltennos.

-Además tiene niños pequeños.

-En casa hay un niño de 6 años y una cría de uno y medio. Así que soy alcalde y padre a tiempo completo.

-Eso no debe de ser fácil.

-La política municipal demanda contacto directo e inmediato con los ciudadanos. No te sacas la chaqueta de alcalde en ningún momento del día. Hay días mejores y peores. Pero el nivel de exposición y crítica que sufre un alcalde no lo tiene todo el mundo. De todos modos, yo llevo cinco años, así que repetí. Será porque me gusta.

-Se le endurece a uno la piel, supongo.

-Por supuesto. Al comenzar, no sabes lo que es esto. Hay críticas constructivas, que si se escuchan, enriquecen el proyecto y hay otras que no son bienintencionadas y solo tratan de desgastar. A estas, lo ideal es no hacerles caso.

-Se casó usted con la concejala de Urbanismo.

-Sí. Y eso trae como consecuencia que nunca dejas los problemas municipales, porque te los llevas para casa.

-¿Discuten en el hogar de política municipal?

-Las pocas discusiones son siempre por cosas de Vilagarcía. Intentamos dejarlo en algún momento, porque hay que conciliar la vida familiar y laboral.

-Bueno, sería peor que se hubiera casado con alguien de la oposición.

-Claro. Aunque discutamos, las ideas son las mismas.

-Le han dado un buen revolcón al Gobierno los alcaldes con el tema del superávit. No sé como ha visto este episodio.

-Lo que tenemos claro es que los concellos necesitamos liquidez inmediata. La capacidad de reacción del Gobierno es una buena noticia. Es necesario que existan fondos extraordinarios para los ayuntamientos. Europa ha transferido fondos a los Estados y estos a las comunidades autónomas, Parece que el Estado transferirá a los concellos y esperemos que las comunidades autónomas también lo hagan.

-Si tuviera influencia en el Gobierno, ¿con quién preferiría negociar los presupuestos, con Esquerra o con Ciudadanos?

-En política hay que tratar de entenderte con todo el mundo. En este caso, el Gobierno debe hacerlo y sacar adelante esos presupuestos, que son fundamentales. Es verdad que es más fácil llegar a acuerdos con aquellos con quien tienes una ideología más parecida.

-¿Fue usted un niño de aldea o de ciudad?

-Crecí en el centro de Vilagarcía, que es una ciudad pequeña, aunque compartí muchos espacios de mi infancia con amigos que vivían en zonas más rurales.

-Entonces, ¿qué quería ser de mayor?

-Jugador de baloncesto, pero me quedé por el camino. Me faltó el talento deportivo.

-Se hizo abogado. ¿Ejerció?

-Sí, pero he dedicado mucho más tiempo al mundo local. Antes de ser alcalde estuve diez años trabajando para el concello, asesorando a la gerencia de urbanismo.

-¿Celta o Dépor?

-Los dos. El Celta tiene mucha simpatía en la provincia, pero los años del Superdépor influyeron a toda una generación. Pero mi equipo de siempre es el Real Madrid Soy un merengón convencido.

-Defínase en pocas palabras.

-Eso es muy difícil. En estos momentos, las que me definen son alcalde y padre. Pero por lo que me dice la gente soy una persona bastante tranquila, aunque tengo carácter y genio, soy dialogante y prudente. Y en mi fuero interno soy bastante optimista.

-¿Qué distingue a Vilagarcía de otro lugar de Galicia?

-Yo la definiría como una ciudad muy dinámica y con muchas inquietudes. En Vilagarcía no te aburres; hay algo que hacer a lo largo de todo el año.

-¿Se moja en el San Roque?

-Todos los años menos este que, por la nueva normalidad, no pudimos celebrarlo. Es una fiesta que trato de no perderme. Ese día intento olvidar que soy el alcalde.

-Si le tocara la lotería y pudiera darse un capricho, ¿que haría?

-Viajar. Pero lo que necesito para hacerlo, más que el dinero, es el tiempo.

-¿Está en las redes sociales, le divierten, le cansan...?

-Estoy, pero más por deformación profesional. Para dar y recibir determinada información, pero creo que todavía no sabemos convivir adecuadamente con ellas. Hay gente que las utiliza para volcar todos sus cabreos diarios. Y eso es un error. Si fuera a nivel personal, probablemente no tendría redes sociales.

-¿Sabe hacer una tortilla de patata?

-No.

-¿En serio?

-Soy muy malo para la cocina, no salgo de las ensaladas. Eso sí, con muchos ingredientes.

-Una canción.

-Insurrección, de El Último de la Fila. Soy un clásico.

-¿Qué es lo más importante en la vida?

-Ser feliz y tratar de hacer felices a los demás.