Las compañías aéreas solo moverán este otoño en España el 40 % de sus vuelos

GALICIA

Efe / Cati Cladera

El verano se cierra con solo un quinto de los billetes vendidos el año anterior y una previsión de pérdidas en las aerolíneas que operan en el país de 15.105 millones de euros

15 sep 2020 . Actualizado a las 12:35 h.

Un verano duro y un invierno negro. Ese es el escenario en el que las compañías aéreas que operan en España capearán el año del coronavirus, según ha señalado hoy el presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), el gallego Javier Gándara. Su balance de los meses centrales del verano apuntan a que entre junio y agosto se movieron únicamente el 36 % de los vuelos realizados en el mismo trimestre del 2019, cifra que sube únicamente al 43 % si se toma todo lo que va de ejercicio, incluyendo los meses de enero y febrero en los que no había ningún tipo de restricción y condicionante y se estaban consignando incrementos en el volumen de venta de billetes. El mes pasado mejoró algo la tendencia inicial de la época estival, al cerrarse con un 55 % de los vuelos movidos el año anterior, cifra que en julio fue del 41 % y en junio tan solo del 11 %. Pero peor que la oferta se comportó la demanda. Entre junio y agosto solo volaron en España el 20 % de los pasajeros contabilizados en el verano precedente, claro que en abril y mayo solo lo hicieron el 1 %.

Al balance malo dibujado por Gándara, se le sumará una previsión altamente negativa. ALA estima que la oferta en septiembre y octubre rondará el 40 % de la del año anterior, cifra que incluso podría moverse a la baja después de que ayer las autoridades comunitarias liberalizasen los derechos de aterrizaje y despegue (slots) adquiridos por cada compañía, sin que no usarlos conlleve perderlos para el futuro. Eurocontrol prevé que en septiembre la oferta de vuelos baje un 54 %, un 57 en octubre, se quede en la mitad en noviembre y en un mes fuerte como diciembre se sitúe en un 54 % menos que en el mismo mes del 2019. Y enero del 2021 arrancará con un 60 % por debajo del de este ejercicio.

Gándara, que dirige también EasyJet en España y Portugal, advierte que el tráfico intercontinental está prácticamente parado, «es desolador, casi no existe», está al ralentí en las rutas europeas y se comporta algo mejor en las domésticas. Con ese panorama, el sector considera que hasta el 2024 no se recuperará la demanda aérea a niveles previos a la crisis sanitaria, lo que se traducirá este año solo en España en unas pérdidas para el sector aéreo de 15.105 millones de euros, produciendo un impacto en el PIB nacional de 58.303 millones de euros, el equivalente a un descenso del 4,68 %.

El representante de las aerolíneas augura que las compañías se centrarán en las rutas muy estables debido a la incertidumbre reinante, las que más tiempo llevan funcionando, aparcando las más novedosas y con menor tirón demostrado con el objetivo de minimizar pérdidas.  «Nos están cambiando el terreno de juego constantemente», apunta al referirse a las nuevas restricciones, recomendaciones y obligatoriedad de guardar cuarentena que imponen cada día todos los países para tratar de frenar al coronavirus. «Esto es un puzle que hay que recomponer día a día, es un terreno sin explorar», remarca para advertir que si ya es difícil hacer planes para este otoño e invierno, resulta imposible concretar cómo puede ser la temporada de verano próxima que comienza a finales de marzo.

Para rebajar las pérdidas de un sector que se considera vital en la marcha de la economía española, ya que el 80 % de los turistas que llegan del extranjero cada año lo hacen en avión, ALA demanda del gobierno una política de tarifas aeroportuarias más blanda para las compañías; mantener las tarifas aeroportuarias para los pasajeros de los vuelos que a partir de enero embarquen al Reino Unido, de lo contrario verán encarecidos sus billetes en una media de 6 euros; supresión de la tasa de estacionamiento de aeronaves (calculan 7 millones al mes durante el estado de alarma); que el Estado asuma los gastos que Aena contraiga en la aplicación de medidas frente al covid-19; recibir facilidades de liquidez, y prolongar los ERTE por fuerza mayor en el sector hasta la Semana Santa del 2021.