Las víctimas de O Marisquiño: «No queremos hacernos ricos, solo Justicia»

Carlos Punzón
CARLOS PUNZÓN VIGO / LA VOZ

GALICIA

XOAN CARLOS GIL

La plataforma de afectados reclama una mejor valoración de sus daños

04 ene 2023 . Actualizado a las 11:35 h.

Sufren el mismo vacío que las víctimas de otras catástrofes: atención política inicial, promesa de apoyo y ayuda eterna, «pero todo eso ha desaparecido dos años después sin que ya se nos tenga en cuenta y con la sensación de que no se nos trata justamente». Julio López, portavoz de la plataforma de afectados por el accidente de O Marisquiño clama en nombre de los 467 heridos y sus familias por una pronta solución del caso que sigue instruyéndose judicialmente y una justa valoración de los daños físicos, psíquicos y materiales para los que se vieron arrastrados al cráter que se abrió en la noche del 12 de agosto del 2018 cuando el concierto de clausura cerraba el mítico festival urbano.

«No queremos hacernos ricos con las indemnizaciones, no buscamos un beneficio a costa de las heridas sufridas, solo que se haga Justicia», recalca López, cuya hija se vio arrastrada «a aquel agujero que no sabían ni cómo era, dónde estaban, qué tenían a sus pies o si podrían salir, mientras unos pasaban por encima de los otros. ¡Terrorífico!», rememora.

El portavoz del colectivo de afectados por el desplome del muelle vigués afirma que las sesiones de rehabilitación que muchos de los afectados contrataron para mejorar de sus dolencias, los tratamientos con fisioterapeutas, los desplazamientos para esos cuidados o el coste de los abogados, «todo eso ha quedado fuera de las valoraciones» remitidas a la causa para establecer posibles compensaciones a los afectados, si se estima que el siniestro fue causado por una negligencia humana.

«Las valoraciones son más bajas que las otorgadas con dolencias similares en tragedias como la del Madrid Arena. Queremos que sean lo que tienen que ser, no más, pero tampoco menos», añade Julio López al tiempo que insiste en «que se acabe ya la instrucción judicial del caso». A su juicio «las medidas de seguridad dieron igual. Todos los vigueses sabemos que aquel muelle estaba mal, por lo que lo mínimo era que algún responsable hubiese comprobado que resistía». Está persuadido de que algún responsable público eludió vigilar la seguridad del entarimado, de la misma manera que entiende que los seguros suscritos deberían haber pagado ya las indemnizaciones, y luego la jueza decidir quién o qué institución debería de reintegrárselas a las compañías. «Pero están escondidas, pese a que el Puerto, el Concello o la organización del festival tenían suscritas pólizas para casos como este», advierte.

«Las valoraciones son más bajas que las otorgadas con dolencias similares en tragedias como la del Madrid Arena»

Interpretando el pensamiento de los afectados, el portavoz de la plataforma está persuadido de que «no se ha dado ninguna importancia a las víctimas» desde las instituciones públicas. Añade que muchos de los que se vieron arrastrados por el hundimiento y se quedaron sin algunos bienes personales no están teniendo suerte en el reconocimiento de lo perdido o destrozado en el suceso. «Nos están poniendo muchas trabas, pidiendo facturas de móviles, relojes y demás cosas que sobre todo los chavales no tienen, porque son regalos de familiares o teléfonos conseguidos por puntos. Pero nada, no fue un accidente normal, no lo entienden», concluye.

«A mi nieta le ha quedado el menisco destrozado, y ni ha podido volver por allí, ni escuchar al cantante que estaba actuando»

El muelle se hundió cuando el rapero Rels B instó al público a saltar. Parte del aforo estaba en el lateral derecho del recinto, el habilitado sobre el muelle recubierto por el paseo de madera que parte del Náutico y concluye en el espigón ante la delegación de la Xunta. Tras saltar a instancias del rapero, toda la gente que estaba en esa zona se cayó al vacío, entre tablas, viguetas de hormigón y al mar.

«Mi nieta Ángela hizo fuerza para evitarlo, pero acabó cayendo y encima de ella un tablón. Le quedó la rodilla destrozada y le duele desde entonces, pero no la pueden operar aún pues se aceleraría el riesgo de tener que ponerle una prótesis en el futuro», dice Carmen en un somero repaso de los daños sufridos por la chica que acababa de cumplir entonces 19 años.

No sabe ni si le van a indemnizar, ni con cuánto. La han valorado la forense dos veces ya. Pero lamenta el dolor que aún tiene su nieta, que fue la última en ser evacuada de la zona cero en la que se convirtió el paseo marítimo vigués. «Aún llora por todo aquello», señala. Agradece a los amigos de la joven que se echaran al hoyo para rescatarla. «También el cantante se tiró al agujero para sacar gente. Eso estuvo muy bien», reconoce.

«Mi nieta ya no puede escuchar sus canciones, y eso que era su cantante preferido, por eso se vino a propósito desde Sanxenxo donde estaba con sus otros abuelos para verlo. Tampoco puede pasar por el lugar del accidente todavía, que por cierto, a ver si la arreglan, que es un asco como está», dice la viguesa criticando el aspecto que ofrece a los turistas una de las zonas más atractivas del centro urbano. A su juicio dicha reparación debería de estar por encima de los enfrentamientos que Puerto y Concello mantienen por evitar responsabilidades en el accidente. «Los partidos y los políticos no están haciendo nada ya sobre este accidente y la gente que se vio perjudicada en él», manifiesta Carmen.

Por media hora

Ni a ella ni a su hija se le olvidará el susto que vivieron aquel 12 de agosto. «La acabábamos de dejar allí media hora antes. Nos fuimos y al rato llamaron a mi hijo desde una ambulancia para decirle que les saliera al paso porque se llevaban a mi nieta a un hospital de Pontevedra porque era una de las heridas de un accidente múltiple y ya no había más sitios en los de Vigo para atenderla. Fue horrible», lamenta.

12 de agosto del 2018

Concierto de clausura de O Marisquiño: 23 horas, 53 minutos y 24 segundos. Rels B pide al público que salte y al botar el muelle lateral se desploma.

467 heridos: Goteo de afectados durante días. Al cráter abierto sobre el mar cae parte del público. Sobre ellos vigas y tablones que agravan las heridas.

La causa judicial: 755 días transcurridos desde el inicio de su instrucción. Declarada compleja y tiene de plazo hasta agosto del 2021