Jácome se enroca ante la rebelión de concejales de su propio partido

Miguel Ascón Belver
miguel ascón OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Agostiño Iglesias

Denuncian falta de transparencia en las cuentas y su gestión personalista

27 ago 2020 . Actualizado a las 08:50 h.

Gonzalo Pérez Jácome tardó casi veinte años en llegar a la alcaldía de Ourense, la tercera ciudad de Galicia, tras fundar su partido, Democracia Ourensana, pero le han bastado catorce meses para ver cómo un motín de los suyos pretende apartarlo del cargo. De los siete concejales que tiene la formación, tan solo uno mantiene intacta su lealtad al líder. El resto critican su gestión personalista y le piden transparencia con la situación económica del partido. Él, sin embargo, ve intereses «espurios» en estos movimientos.

Lo cierto es que el malestar de parte de sus concejales es evidente desde hace tiempo. Gonzalo Pérez Jácome acostumbra a invadir sus áreas de gestión. Así ocurrió, por ejemplo, cuando el alcalde ordenó cerrar al tráfico la calle Bedoya, al margen del concejal de Movilidad y siguiendo una «intuición», como el propio alcalde reconoció. Sin embargo, aunque ese tipo de interferencias han ido haciendo mella, el detonante de la ruptura está en la gestión que Jácome hace de los fondos de su partido.

Los concejales críticos temen que el líder de DO no esté dando un destino adecuado al dinero que el partido recibe por su representación en el Concello de Ourense y en la Diputación, así como a las donaciones que aportan regularmente cargos públicos o incluso asesores de la formación. Algunos aseguran, de hecho, que ya podría haber alguna investigación en marcha por posibles irregularidades.

Esta preocupación se la expusieron los ediles críticos a Jácome en dos ocasiones durante los últimos días y hoy está prevista una reunión que puede ser clave para resolver la crisis. Los concejales amotinados exigen a su líder que ponga fin a la opacidad con la que gestiona el partido. Recuerdan que no publicó su última declaración personal de bienes y rentas y quieren conocer al detalle las cuentas de Democracia Ourensana. En el caso de no recibir una respuesta satisfactoria, la ruptura sería ya definitiva. 

En redes sociales

Jácome tan solo ha hablado de esta crisis a través de las redes sociales y no parece dispuesto a ceder. En una publicación recuerda que «estaba en el aire» que, pasadas las elecciones autonómicas, «empezarían movimientos». Según asegura, tras esas maniobras, «se esconden los intereses económicos espurios que siempre han gobernado esta ciudad». El alcalde afirma que en los últimos años su actividad política se centró en «evitar pelotazos urbanísticos, léase un PXOM a pulir, así como concesiones infladas en los servicios del Concello». Según dice, eso «no a todos gusta». Jácome concluye su publicación, que acompaña con una imagen del cartel de la película La mano que mece la cuna, con el siguiente mensaje: «La mano que mece el dinero es la mano que domina el mundo».

Más tarde, en otra publicación en Facebook y Twitter, el alcalde aclara que no piensa apartarse y dimitir como le piden ya algunos miembros de su propio partido. «El 15 de junio de 2019 fui investido alcalde, y mi compromiso hasta el 2023 es liderar la transformación de la ciudad y a esto dedicaré todo mi tiempo», dice Jácome, que añade: «Ourense, lo conseguiremos». El regidor despacha así una ruptura que, de producirse definitivamente, tendría consecuencias imprevisibles en la gobernabilidad de la ciudad. Si el alcalde se amarra al cargo y no cede a las presiones, solo cabría la posibilidad de una moción de censura. Pero los números no dan solo con el PP y los críticos de DO y sería necesario implicar en la ecuación a otros grupos, algo más que complejo. Si, por el contrario, Jácome cede y se va, ambas formaciones podrían mantener su coalición como hasta ahora, aunque tendrían que ponerse de acuerdo para elegir a un nuevo alcalde.