El origen del fuego que está «arruinando o Xurés»

M. Rodríguez OURENSE / LA VOZ

GALICIA

AGOSTIÑO IGLESIAS

Los siete incendios registrados este mes en Requiás apuntan a la acción del hombre

29 ene 2022 . Actualizado a las 18:08 h.

Donde la raia con Portugal casi se disuelve, los pueblos de Requiás y Guntumil son el último bastión gallego dentro del municipio de Muíños. Del lado portugués, con Tourém como aldea más cercana, se conserva más actividad ganadera. En la parroquia de Requiás apenas queda una explotación de vacuno en extensivo y otra de ovejas. El paisaje del Xurés no conoce fronteras en estos montes, ni tampoco el fuego. No es la primera vez que Requiás sufre por incendios que vienen de Portugal, pero los siete registrados en este mes de agosto, según la Consellería de Medio Rural, fueron causados, presuntamente, por alguna mano a este lado de la raia. Y ni siquiera la bajada de las temperaturas o la lluvia detiene al incendiario, pues este mismo domingo por la noche hubo otro conato que afectó a unas fincas privadas de labradío.

La elección del horario nocturno o cuando ya está cayendo la noche y ya no pueden volar los medios aéreos es uno de los indicios que apuntan a que son incendios intencionados. Aparte de su repetición. Requiás es una de las parroquias consideradas como de alta actividad incendiaria en el Pladiga 2020. En lo que va de este verano, solo uno de los fuegos alcanzó entidad en cuanto a superficie afectada (casi 50 hectáreas) y, además, tuvo una reproducción. En cinco casos se evitó un desastre mayor gracias a la rápida y eficaz intervención de los equipos de extinción. Se la juegan en cada incendio, como se vio días atrás con la trágica muerte de un piloto portugués de un hidroavión en Lobios. En Requiás ardió este verano una motobomba y los bomberos pasaron apuros al formase un tornado de fuego. La población también teme a las llamas. Aunque los incendios de este año fueron en el monte y lejos de las viviendas, el último se quedó a cien metros de un almacén de forraje.

El viernes al anochecer (20.30 horas) comenzaba otro conato, con dos focos. Un nuevo indicio de que fue provocado. Pero hay más, se ha encontrado retardante (mechas), utilizadas para iniciar el fuego antes y no levantar sospechas una vez se detectan las llamas. La Consellería de Medio Rural advierte que la Xunta ha desplegado un «amplo dispositivo» humano, de 7.000 personas, y material (360 motobombas y una treintena de medios aéreos), además de drones y cámaras, por lo que «os incendiarios están totalmente vixiados tanto de día como de noite».

AGOSTIÑO IGLESIAS

Entre las posibles motivaciones, suenan algunas de las recurrentes: utilizar el fuego para eliminar la maleza y ganar sin esfuerzo terreno para pastos, o para evitar que se metan en las fincas los jabalíes, quemar el monte para pagar algún agravio o el despiste de algún senderista. «O noventa por cento dos lumes son na fronteira, alí (en Portugal) hai moita gandería e non chega ao monte», apunta el presidente de los comuneros de Requiás, que suma noventa propietarios vecinales. «A xente desconfía, algúns lumes veñen de Portugal, pero estes iniciáronse no noso territorio e a última hora da tarde. Quen quere facer dano sabe como. Están arruinando o Xurés e, a Muíños, máis», lamenta el alcalde Plácido Álvarez.

El regidor recuerda que, en la oleada de incendios de octubre del 2017, su municipio fue de los más afectados. Aún falta verano, advierte Álvarez, y pueden venir incendios peores, pero confía en el refuerzo y la sofistificación de los medios de vigilancia: «Teño esperanza de que alguén caia e o pague, porque así non se arregla a situación», afirma el alcalde de Muíños. Las manos que están pintando Requiás de negro desprecian, como dice el regidor que, «o Xurés é de todos».