Natalia Prieto: «El confinamiento pudo encapsular los casos más graves de violencia machista»

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña SANTIAGO

GALICIA

Oscar Vázquez

La responsable accidental de Igualdade de la Xunta recuerda que aunque las denuncias bajaron en la pandemia, aumentaron las consultas de mujeres. «Hay que denunciar», insiste

16 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Es directora xeral de Evaluación y Reforma Administrativa de la Xunta, pero tras el cese de Susana López Abella como secretaria xeral de Igualdade para ir en las listas del PP para las autonómicas, Natalia Prieto (Ourense, 1979) asumió ese cargo por delegación, a la espera de que se reorganice el organigrama de la Xunta. El departamento acaba de publicar el balance de violencia de género del primer semestre del 2020 en Galicia, con un descenso de un 20 % en las denuncias (1.397 en el primer trimestre).

—¿Por qué cree que bajaron?

—Nosotros en el confinamiento garantizamos la continuidad de todos los recursos a disposición de las mujeres, tanto las ayudas económicas como los centros de acogida, el asesoramiento psicológico... Fuimos muy garantistas porque teníamos la previsión de que se incrementaran los casos fruto del confinamiento, pero lo cierto es que no fue así, se produjo un descenso tanto del número de denuncias como de las medidas de protección, porque una cosa lleva a la otra. Pensamos que el confinamiento tuvo mucho que ver porque las mujeres estaban más controladas por los hombres, y puede ser que la presencia de los hijos provocase que, en algún caso, no se produjesen esas conductas machistas que sí se darían en otro contexto. El descenso en las denuncias fue, aproximadamente, de un 20 %, en el primer trimestre del año, y las medidas de protección bajaron un 30 % en el primer semestre.

—¿Todos los indicadores bajaron?

—No, aumentaron las llamadas al teléfono 016 y al teléfono 900 habilitado para atender a las mujeres, tanto para atención psicológica como para información jurídica o de otro tipo. Y también creció la demanda en los centros de información. Bajaron las denuncias, pero las mujeres siguieron demandando servicios.

—¿Fue difícil ayudarlas sin un contacto personal?

—El teléfono 016 sufrió un incremento de llamadas de todo tipo, pero sobre todo por cuestiones de atención psicológica y asesoramiento jurídico. Pero hay que tener en cuenta que en el plan de refuerzo que se aprobó en el mes de marzo, uno de los recursos fundamentales que se decidió que continuasen funcionando fueron los centros de información a la mujer, los CIM, una red que se extiende por toda Galicia, con 82 centros en la actualidad que continuaron funcionando, no solo con atención telefónica o telemática, sino también presencial en aquellos casos más graves. Por lo tanto, las mujeres siguieron teniendo la posibilidad de acercarse presencialmente a alguno de estos centros para poner de manifiesto su situación o para informarse.

—¿Podría ser que las denuncias descendiesen porque ellas estaban más controladas?

—Puede ser, el confinamiento hizo más difícil para las víctimas poner los hechos en conocimiento de las autoridades, y eso, seguro que tuvo incidencia en el número de denuncias y en la dramática situación que pudieron vivir muchas mujeres en su encierro al lado de un presunto maltratador, ya que es en el domicilio donde se suelen producir esos hechos delictivos. Seguro que el descenso tiene que ver con el confinamiento, y probablemente ahora volvamos a los niveles de antes del estado de alarma. Por desgracia, entre el jueves y el viernes ya se han producido nuevas agresiones en Galicia, de ahí que sigamos insistiendo en la necesidad de denunciarlas.

—¿Hubo menos denuncias o no pudieron denunciar? ¿Cuál factor cree que fue decisivo?

—Es difícil saberlo, creo que los dos. Pudo haber menos agresiones por estar las mujeres más controladas por los hombres y por la presencia de los hijos, por lo que la violencia de género pudo quedar soterrada durante el confinamiento. Pero también se pudo producir alguna agresión en la que la situación de encierro dificultase ponerla en conocimiento de las autoridades. Pero siempre tuvieron a su disposición un recurso telefónico o telemático. Hay que insistir en que el teléfono 016 es anónimo, gratuito, disponible las 24 horas del día y que no deja rastro, por lo tanto está siempre a disposición de las mujeres.

—¿Pudieron darse casos nuevos por la tensión del encierro?

—Nuestro miedo era, precisamente, que apareciesen nuevos casos por las dificultades de convivencia, pero lo cierto es que no, al menos de hechos que se hayan puesto en conocimiento de las autoridades. Por lo tanto, creemos que el confinamiento pudo encapsular las agresiones o los casos más graves de violencia de género. Habrá que esperar a hacer un análisis más profundo cuando tengamos los datos del segundo trimestre, porque ese 20 % de descenso tiene que ver con los días de confinamiento del mes de marzo.

«Solo fue necesario derivar a cinco mujeres a los albergues y hoteles que habilitamos»

En su plan de refuerzo, la Xunta incrementó los centros de acogida para posibles víctimas del maltrato, haciendo uso también de albergues y hoteles durante la pandemia.

—¿Hubo que acoger a víctimas en esos centros?

—Solo fue necesario derivar a cinco mujeres a los albergues y hoteles que habilitamos. En los demás centros de acogida, algunos estuvieron completos y otros, en torno al 80 o el 90 %. Derivamos un total de 142 personas, 78 mujeres y 64 menores, lo que también supuso un descenso respecto a otros años.

—¿Hubo más solicitudes de ayudas?

—Se concedieron ayudas a más de 500 mujeres en el primer trimestre, un 30 % más que el año anterior. En parte se debe a que ahora se pueden compatibilizar las ayudas del Estado con otras. Galicia es la primera comunidad autónoma que cuenta con una ayuda periódica, abierta de forma ininterrumpida todo el año, para que las mujeres puedan iniciar una nueva vida independiente de la de su agresor, ahora también las víctimas de trata con fines de explotación sexual y las víctimas de violencia vicaria, cuando la pareja o expareja asesina a los propios hijos. Luego, tenemos ayudas de pago único para las que tienen más dificultades para obtener un trabajo, e indemnizaciones para las que tienen derecho a ellas por sentencia pero su agresor no las abona.

—Dos asesinadas este año en Galicia. ¿Acabará esta lacra?

—Son fundamentales las labores de prevención, concienciación y sensibilización, para que las mujeres visibilicen el problema, porque lo primero que hay que hacer es denunciarlo, solo así se puede dar protección a la víctima y a su entorno. Es un problema muy complejo, pero seguiremos luchando.