David Charlín, preso gallego entre los 25 más violentos de España, quema una celda y revoluciona su cárcel

j. R. VIGO / LA VOZ

GALICIA

Prisión de Soto del Real
Prisión de Soto del Real Ricardo Rubio | Europa Press

Prendió fuego a una almohada y un colchón tras llamar por el interfono en tono amenazante a los funcionarios de la prisión para pedir medicación

09 ago 2020 . Actualizado a las 00:52 h.

David Charlín Mondragón ingresó en prisión poco antes de cumplir la treintena. Natural de Cambados, fue condenado a varios años por un delito que nada tiene que ver con sangre. De los considerados menores, dicen en Instituciones Penitenciarias. Poco después, en el 2006, mató al preso Ramón Patricio en connivencia con Juan Ignacio Lamas, y el Tribunal Supremo condenó a ambos a otros 16 años y seis meses de cárcel para cada uno. A partir de ahí, y solo atendiendo a su ficha penitenciaria, los episodios fueron a más hasta caer en una dinámica autodestructiva y de conflicto, ya sea con funcionarios u otros interno.

Tal es la situación que David Charlín figura desde hace años en el selecto club de los 25 reos más peligrosos de España. Los de control directo, catalogados FIES 1. «Solo pueden salir con otro presos al patio tres horas al día, el resto del tiempo en la celda, Ya sea viendo la televisión, leyendo... Está al nivel de Fabricio, conocido como Hannibal Lecter, o de otro gallego con la peor reputación, Vázquez Ayude», añaden en Instituciones Penitenciarias.

Charlín Mondragón se instaló recientemente en el penal de Soto del Real (Madrid) tras pasar una temporada en la prisión de Murcia. El pasado viernes, de noche, Charlín decidió liarla. Empezó llamando por el interfono en tono amenazante y delirante a los funcionarios, pidiendo medicación e increpando. Fue la chispa necesaria para encender la mecha de un rebelión en su módulo. El resto de presos respondieron en forma de golpes, principalmente contra las puertas de sus celdas. Se optó por entrar, ya con las medidas de seguridad afinadas. Al poco, se vio humo saliendo de la celda de este arousano, que prendió fuego a una almohada y un colchón. Lo siguiente fue inmovilizarlo mientras proclamaba a los cuatro vientos su pertenencia a un clan gallego del narcotráfico.

Nada nuevo en este Charlín natural de Cambados. Ya sobre el 2005, antes de matar a otro preso en la cárcel de Teixeiro con la única ayuda de una raqueta de ping pong, echaba la lengua a pastar vinculando su primer apellido con la otrora potente y temida organización de narcotráfico y blanqueo liderada por los Charlín. Lo reiteró tantas veces que los mismos funcionarios que seguían entonces de cerca sus pesos cotejaron si era cierto. La realidad es que David Charlín nada tiene que ver con el clan liderado por Manuel Charlín Gama y que solo ideó esa treta para ganarse el respeto de la comunidad reclusa.