La gestión emocional de los alumnos, pilar de la formación de los profesores en este curso

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

CÉSAR QUIAN

Educación apuesta por el cuidado personal con o sin confinamiento

03 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El acompañamiento de los alumnos y la formación para el bienestar son los primeros objetivos de la Consellería de Educación para el próximo curso. El equilibrio emocional tras la pandemia es una de sus mayores preocupaciones, ya que en todas las encuestas lo que más se echó en falta (tanto entre profesores como por parte de alumnos y familia) fue el contacto con el resto del grupo. Por eso, los centros de formación del profesorado (CFR) y el central gallego (CAFI) han diseñado un plan de formación en los centros -solo para los públicos y durante todo el curso- con talleres y clases en ese sentido.

La otra pata en que se centra la actualización docente es, obviamente, el uso de la tecnología, y en concreto la integración didáctica das TIC -no se trata solo de usar el aula virtual, sino de crear contenido adecuado para trabajar a distancia-. También hay una especial atención hacia el desarrollo competencial del contenido del currículo (no solo memorizar, sino saber hacer).

Sobre el uso de la tecnología, «a Consellería de Educación avoga por converter a situación de pandemia nunha oportunidade que pasa por preparar ao profesorado para que incorporen na aula, desde xa, de modo presencial, métodos de ensino que van asociados ao ensino non presencial». Esta fusión en una educación mixta se traduce en cursos abiertos (que no necesitan inscripción) en la web de Educación: introducción a la enseñanza mixta, uso didáctico de las app de los móviles, aula invertida, dibujo en LibreCAD, GeoGebra en secundaria, aprovechamiento didáctico de Moodle, sacarle partido al aula Abalar, educar las habilidades en clase o la creación de recursos en Ardora son algunas de las propuestas.

«Estudiar a distancia es durillo, pero te ayuda a empatizar con los alumnos»

En el CIFP Someso, de A Coruña, hubo clase hasta hace unos días, pero no para los alumnos sino para los profesores. Los docentes de FP concentran en julio y septiembre su formación -los de las otras etapas comienzan en septiembre y tienen clases todo el curso- y en esta ocasión la práctica totalidad de la docencia fue en línea.

Pero hay asuntos difíciles de aprender desde casa, como el modelado en 3D. Lorena Yebra es la profesora en este curso que se diseñó durante el confinamiento: «Temíamos que no se pudiese hacer totalmente presencial, pero a la vez sabíamos que totalmente en streaming podría ser un fracaso». Por eso se optó por una modalidad intermedia: mitad de las horas en casa, la mitad en el instituto, con mascarilla y distancia de seguridad.

¿Cómo ha ido? «Se han adaptado, no ha quedado otra», dice la profesora, que es también compañera en el centro de FP. Y los alumnos lo corroboran: «Ao ser un curso moi práctico, resulta difícil facelo a distancia», explica uno, mientras que José Luis Souto, otro de los participantes, que a su vez es coordinador de proyectos internacionales en el centro, da más detalles: «Estudiar a distancia es durillo, porque al tratarse de un programa informático tiene muchos detalles que te pierdes, y si te saltas algo no funciona. Pero también nos ha ayudado a empatizar con el alumnado, es desesperante estar en casa y que de repente falle la Red, se ralentice y pierdas el hilo; entiendes lo que han sufrido los alumnos este trimestre».

Mejora la conciliación

«La respuesta depende mucho de las condiciones de los alumnos», dice Yebra, quien habla así de los profesores, ya que muchos viven en zonas no urbanas y su flujo de Internet es muy irregular. Eso sí «el streaming facilita la conciliación para los profesores con familia y evita el traslado de los que vienen de Sarria o Vigo».