Asentada en Irlanda con un contrato indefinido, Samanta tenía claro que quería ser madre y volver a casa, a la Ribeira Sacra. «Con estas opciones me pareció que el emprendimiento online era el formato más acertado para volver a Sober y ser madre sin tener que hacer renuncias laborales ni de crianza», cuenta Cortés. Así que decidió dejar el trabajo en Irlanda y comenzar a trabajar como freelance. Centró su negocio en el emprendimiento y en la maternidad: «Me pareció interesante conectarlo con mi experiencia del momento. También detecté una necesidad en el sector de la maternidad relacionado con el emprendimiento digital».
Con la tranquilidad que le aportó la línea de ayudas de la Secretaría Xeral de Emigración al retornado emprendedor, Samanta creó la empresa digital que tiene a día de hoy con su nombre persona: Samanta Cortés. Gracias a ella ayuda desde Sober a otros emprendedores a conciliar su vida profesional y personal. «La ayuda me ofreció ese pequeño impulso que necesitaba en ese momento». Tardó un tiempo en reconocer que el emprendimiento era un camino posible pero, de saberlo, habría dado el paso mucho antes, cuenta.