El alijo de Cabo Verde se negoció con proveedores sudamericanos antes de iniciar el confinamiento
Teléfonos satelitales y mensajería encriptada suplían las citas en persona; el barco nodriza cargó los 1.200 kilos frente a Surinam
vigo / la voz
No había vuelta atrás. Tan solo era cuestión de tiempo por dos razones. Pasar lo antes posible el confinamiento para recuperar la libertad de movimientos y cerrar la puesta a punto del velero llamado a recoger los 1.200 kilos de cocaína requisados el miércoles en su interior. Matriculado en Vigo, el Nergha llegó al náutico de Vilaboa a finales del año pasado tras encallar misteriosamente, y de noche, a 300 metros de A Illa de Arousa. Buena parte de los 12 detenidos (cinco en el barco y siete en Galicia) tuvo ojos en la nuca desde enero y, ya durante el confinamiento, apenas necesitaron realizar movimientos que a su entender despertarían sospechas. El negocio con los proveedores en Sudamérica estaba cerrado: precio, porcentajes de ganancias, cobrar en efectivo o especias y la necesidad de enviar a un integrante de la organización gallega de garante por si algo salía mal.