Visita exprés y blindada contra el contacto con los ciudadanos

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Público tras la valla esperando para saludar a los reyes en Santiago
Público tras la valla esperando para saludar a los reyes en Santiago XOAN A. SOLER

El protocolo contra el coronavirus impidió el habitual saludo de los reyes ante las vallas

25 jul 2020 . Actualizado a las 21:08 h.

Rápida y algo distante por culpa del coronavirus. Así fue la visita de los reyes a Santiago con motivo de la ofrenda al Apóstol. Y es que, durante las dos horas y media que Felipe VI y doña Letizia pasaron en Compostela, apenas pisaron la calle diez minutos y fue casi imposible que ningún ciudadano se les acercase, porque el entorno de la catedral estaba blindado por la policía. Los que lo intentaron tuvieron que conformarse con verlos muy a lo lejos, y hasta hubo un grupo que se lamentó al grito de «queremos ver al rey» cuando los agentes los obligaron a alejarse del punto en el que estaba prevista la llegada de sus majestades, que entraron con puntualidad milimétrica. A las 10.55 horas, tal y como señalaba el protocolo, se bajaron del coche oficial en la plaza que da acceso a la iglesia del imponente monasterio de San Martiño Pinario, donde este año ha tenido que celebrarse la ceremonia debido a las obras de la catedral.

La comitiva que los recibió estaba encabezada por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, y la ministra de Economía, Nadia Calviño. Los pocos afortunados que pudieron ver la escena desde sus balcones recibieron además como recuerdo el saludo atento del rey. La reina, mientras tanto, y como periodista que es, estaba muy concentrada en preguntar todos los detalles sobre la hermosísima alfombra floral que los recibió al pie del monasterio. Manuel Alonso, presidente de la federación gallega de alfombristas, fue el encargado de explicarle la gran tradición de arte efímero que existe en Galicia.

Firma en el libro de honor

Finalizada la solemne misa, los reyes salieron de San Martiño Pinario y recorrieron a pie los cuarenta metros que separan esta fachada del templo de la principal, en la plaza de la Inmaculada, donde la comitiva se detuvo para escuchar a la banda de música. De allí prosiguieron su recorrido hacia el Obradoiro a través del arco del palacio de Xelmírez. Otros cien metros también vetados para cualquiera que quisiera presenciar un hecho histórico como es la segunda visita de Felipe VI a Compostela desde su coronación. La anterior fue en el 2014, nada más sentarse en el trono.

«[Se unen] a la esperanza y al entusiasmo que genera la llamada del Camino en toda España, Europa y el mundo»

El recorrido terminó en el pazo de Raxoi, donde los reyes firmaron en el libro de honor del Concello, en el que dejaron escrito, entre otras palabras de agradecimiento, que ante el jacobeo del 2021 se unen «a la esperanza y al entusiasmo que genera la llamada del Camino en toda España, Europa y el mundo». Salieron por San Francisco, donde unas doscientas personas pudieron despedirlos brevemente cuando pasaron en coche. Quizás los reyes vuelvan el año que viene para celebrar el jacobeo y quizás ya entonces el coronavirus no le reste la calidez acostumbrada a su estancia.