«As condutas imprudentes significan esquecer as 619 persoas que levou esta pandemia»

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El personal sanitario recibió la Medalla de Galicia en un acto en el que el presidente en funciones defendió una España autonómica en la que el autogobierno gallego «implica, esixe e demanda a defensa do público»

24 jul 2020 . Actualizado a las 17:11 h.

Las ovaciones fueron un poco más largas y venían más cargadas de emociones cuando una amplia representación del personal sanitario se subió al escenario para recibir el reconocimiento que merecen. Todos, sin excepción. Desde la limpieza a la enfermería, del personal médico al informático, de los celadores a la administración. Allí estaban también Ángeles Puga y Laura Martínez, dos pacientes de covid-19 y el testimonio vivo de los esfuerzos de un colectivo que ha hecho, y sigue haciendo, de muro de contención frente al coronavirus. La Galicia cuidada daba las gracias a la Galicia que cuida con una Medalla que este año reconoce la incansable labor del personal sanitario en la lucha contra una pandemia que no ha terminado. Y por eso no hay que bajar la guardia.

«As condutas imprudentes significan esquecer as 619 persoas que levou esta pandemia». El presidente de la Xunta en funciones, Alberto Núñez Feijoo, apelaba a la responsabilidad ciudadana, como también apeló Manuel Vázquez Lima, el coordinador de urgencias del hospital do Salnés, que habló en representación del colectivo sanitario. «A pulsión máis forte que reside no corazón é a liberdade, que non é plena sen responsabilidade», afirmaba el profesional en un emocionadísimo discurso en el que recalcó que estos meses han dejado «unha marca indeleble» pero que es bienvenida «se serve para paliar o sufrimento de tantas familias» y que quizá pueda servir para alejarse «de discursos baleiros de contido e volver ao valor do esforzo, do traballo constante, da vocación profunda e o sentir dunha mirada cálida».

«Falamos decote de sistema sanitario, esquecendo quizais o factor humano que distingue unha sanidade fría doutra que, ademais de eficiente, é cálida no trato». Feijoo subrayaba que «a expresión servidor público nunca estivo mellor empregada que agora», en una intervención en la que hizo una defensa de la España autonómica, en la que el autogobierno gallego «implica, esixe e demanda a defensa do público», porque «o vigor do autonomismo depende da capacidade das institucións e servizos para crear e soster unha Galicia do benestar» y porque «a versión galega da autonomía supón combinar a defensa da identidade coa eficacia na xestión do público». 

«Non é doado elixir o tempo que nos toca vivir pero si podemos decidir como respondemos ás vicisitudes. Este tempo non é doado», admitía Feijoo. Porque la sociedad se enfrenta a una espada de Damocles «en forma de dificultades económicas» derivadas de una pandemia que todavía no ha terminado.

El presidente también tuvo un recuerdo para las víctimas de Angrois, accidente del que se cumplen este viernes siete años. Y también para los vecinos que «sentiron unha forza interior que os levou a socorrer os accidentados» a pesar de que «todos sabían que existían riscos e perigos». Una tragedia en la que «Galicia volveu reencontrarse, igual que fixo durante a pandemia, co mellor de si mesma».

El centenario de la Xeración Nós estuvo presente también en el acto de entrega de la Medalla de Galicia. El nombre de una generación «que teimou por un país pronunciado en plurar e concibido como un fogar que acolle non soamente aos seus fillos, senón tamén a todo aquel que queira compartir a súa identidade».