Los radares de la Guardia Civil captan 600 excesos al día en las carreteras gallegas

José Manuel Pan
José Manuel Pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Imagen de un Velolaser, uno de los radares que gestionan las patrullas de la Guardia Civil
Imagen de un Velolaser, uno de los radares que gestionan las patrullas de la Guardia Civil CESAR QUIAN

La velocidad media detectada en las vías convencionales es de 111 kilómetros por hora, cuando el límite genérico es de 90

18 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los responsables de la Dirección General de Tráfico ya habían advertido que se estaba detectando un incremento de los excesos de velocidad desde que fue desactivado el estado de alarma. Y los datos lo han corroborado. En la última campaña especial de vigilancia de la velocidad, que duró solo siete días (del 6 al 12 de este mes de julio), los radares móviles de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil captaron 4.149 excesos, la mayoría en las carreteras convencionales gallegas, lo que supone casi 600 casos al día. En ese balance no se incluyen las infracciones captadas por los radares fijos que la DGT tiene en 79 cabinas de vigilancia ubicadas en las carreteras gallegas.

En esa semana, los radares de la Guardia Civil controlaron la velocidad de 103.000 vehículos que circulaban por las carreteras gallegas. La mayoría de las infracciones fueron detectadas en la provincia de A Coruña, con 1.339 denuncias; seguida de Pontevedra, con 1.282 casos; de Lugo, con 901, y de Ourense, donde se efectuaron 627 denuncias por excesos de velocidad. En el conjunto de España se realizaron casi 29.000 denuncias durante la campaña especial de vigilancia.

El análisis de los datos que maneja la DGT indica que la velocidad media a la que circulaban los vehículos denunciados en las carreteras convencionales era de 111 kilómetros por hora, lo que supone un exceso de 21 kilómetros por hora, ya que el límite genérico en esas vías es de 90.

Notificación en carretera

Tráfico informó de que al 27 % de los infractores les fue notificada la denuncia en el mismo momento por agentes situados en las proximidades del lugar en el que se encontraba situado el radar. Este tipo de controles de velocidad se intensifican en las carreteras convencionales, donde ocurren la mayoría de los accidentes mortales.