«Si mi hija estuviera bien me habría llamado; siempre lo hacía»

Marta Vázquez Fernández
marta vázquez OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Nerea Añel con su madre, Belén Vázquez
Nerea Añel con su madre, Belén Vázquez cedida

La madre de una ourensana que lleva cuatro meses desaparecida pide ayuda

10 may 2020 . Actualizado a las 21:41 h.

La última vez que vio a su hija fue el 6 de enero. Era el día de Reyes y Nerea Añel fue a visitar a su madre y a sus abuelos. «Cenó con nosotros, fue un encuentro normal, distendido, y al terminar, ella se marchó. Desde entonces no he tenido noticias de ella», cuenta Belén Vázquez, madre de la joven de 27 años que los cumplió el pasado 22 de febrero y de la que no se sabe nada desde entonces. Algunos amigos aseguran que la vieron unos días después, pero transcurridos cuatro meses, son muchas las incógnitas sobre su desaparición, y muchos los temores de su madre.

A pesar de las labores de búsqueda y las investigaciones realizadas por la Policía Nacional, nada se sabe de esta joven, que tras una temporada algo alejada de su familia, había retomado el contacto habitual con su progenitora. «Últimamente teníamos un contacto más serio; a mí no me gustaba su vida, y se lo decía, pero yo nunca la abandoné», cuenta Belén, que recuerda el momento, hace ya algunos años, en que su hija, que siempre había llevado una vida normal, cayó en el abismo de la droga. «No tenía móvil, pero siempre me llamaba a través del de sus amigos, ella encontraba la forma de comunicarse y de mantener el contacto. Estoy segura de que si ella estuviera bien, me hubiera llamado, aunque solo fuera para decirme que la dejara en paz, que no la buscara más».

Belén ha empapelado Ourense con la foto de su «niña», pero ese despliegue no ha dado resultados. Tampoco la investigación, que está parada debido al estado de alarma. «El comisario me dice que ahora mismo, con el confinamiento, lo tienen bastante parado porque no pueden interrogar en las casas, pero me asegura que no van a dejar de trabajar, aunque todo es más complicado», explica. A ella, que haya pasado tanto tiempo sin pistas le hace ponerse en la peor de las situaciones. «O está muerta o la tienen retenida en algún sitio porque, aunque ella no llevara una buena vida, siempre que tenía un problema me llamaba».

Sanitaria de profesión, Belén está de baja desde la desaparición de su hija y con ayuda psicológica. No puede evitar el llanto durante la conversación: «Me siento impotente porque he intentado hacer todo lo que estaba en mi mano para encontrarla, pero no ha sido suficiente, y ya no sé qué más puedo hacer», lamenta. Por eso lanza un SOS a quien haya visto a Nerea o sepa algo de ella. «Me da la sensación de que alguien tiene que saber algo, alguno de los amigos que solía frecuentar o alguien tiene que tener alguna información», advierte. Recuerda a su hija como «una niña muy buena, pero con mucho carácter», y espera que pronto surja alguna pista que la ayude a salir de esta pesadilla.

Y no es el de Nerea el único episodio sin aclarar. En abril se cumplieron tres años de la desaparición de otra ourensana, Belén Rodríguez. Hace un año se unieron los expertos policiales en desaparecidos a las investigaciones por ahora infructuosas desarrolladas por la comisaría de la Policía Nacional. Pero no hay pistas sobre ella. Tras denunciar su hermano que llevaba días sin verla, se interrogó a varias personas y algunos testigos dijeron haberla visto en la estación de autobuses. Su bolso, que fue encontrado por un particular y llevaba dentro toda su documentación, estuvo un mes en la oficina de objetos perdidos de la Policía Local.