Suspenso en enseñanza no presencial

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Alumno trabajando desde casa
Alumno trabajando desde casa Eduardo Parra - Europa Press

Malas conexiones, profesores desaparecidos, alumnos desaparecidos, comunicación unidireccional, estrés familiar y docentes desbordados por las correcciones: no aprobamos en teleformación

27 abr 2020 . Actualizado a las 09:45 h.

Si es correcta la encuesta que los profesores contestaron a la CIG en Semana Santa, solo el 20% de los docentes de la escuela pública está contento con la formación a distancia de sus alumnos, técnica y conceptualmente. En la escuela privada, más habituada a las relaciones telemáticas, puede que el porcentaje sea más alto -no hay estudios al respecto- pero seguramente no llegue a cifras de amplia mayoría.

El experimento que nos ha tocado vivir se va a saldar con un suspenso o, en esta época de flexibilidad impulsada por el ministerio, con un aprobado raspado con necesidad de refuerzo el próximo año. Veamos cuáles son las quejas más habituales y si se pueden cuantificar de alguna manera:

Conexiones. Las encuestas hechas desde las familias y el sindicato CIG en la escuela pública daban cifras muy similares: sobre un 17% de los profesores no podían interactuar con sus alumnos por problemas (técnicos o formativos en la casa de estudiantes o docentes) y en el sondeo de Confapa, dos de cada tres familias reconocían que solo tienen un ordenador para compartir entre todos, mientras que un 30% confesaba que su conexión a Internet no era de calidad (no permitía hacer videollamadas).

«Desapariciones». El 7% de los profesores reconocía que tenían estudiantes «desaparecidos», de los que nada sabían desde el inicio de la crisis. Y los porcentajes se disparan en sentido contrario: son muchas las familias que aseguran que el tutor de sus hijos no es accesible (sobre el 25% en infantil, primaria y secundaria y un 37% en bachillerato). El 56% de las familias con estudiantes en infantil no recibió instrucciones directas del centro educativo para este período, un porcentaje que baja, poco, en los otros niveles (31%, 43% y 53 en primaria, ESO y bachillerato). El 20% de todas las familias dicen que los tutores de referencia no les han resuelto ninguna duda. Si se habla de familias con niños con necesidades educativas, la mitad asegura que no tiene contacto regular con el tutor.

Exceso de tarea. Junto a la existencia de profesores «desaparecidos», los alumnos se quejan de exceso de trabajo. La encuesta de Confapa dice que en educación infantil 7 de cada 10 niños está 3 horas trabajando, y en los cursos altos de primaria pasa de las cuatro horas diarias 1 de cada 3 estudiantes, y así crece exponencialmente cada grupo hasta llegar al 10% de los estudiantes de bachillerato que dedican 8 horas diarias a estudiar. En las instrucciones para este fin de curso, Extremadura obliga a los tutores de cada grupo a coordinar las tareas y trabajos que se mandan para ajustarlos bien, ya que las condiciones del confinamiento no aconsejan un exceso de tareas. En Galicia las instrucciones se conocerán hoy.

Sin control. Al hablar con las familias, una de las sensaciones que más transmiten es la heterogeneidad de sus relaciones con los docentes. Sin duda ocurre en el aula física, con profesores más o menos empáticos, activos e implicados, pero siempre hay un mínimo que ahora no se cumple. Da igual la etapa de la que se hable, en la escuela pública que no existe un control del trabajo del profesor (por exceso o defecto) ni por parte de los centros ni por la Inspección. ¿Es eso lo que se entiende por libertad de cátedra o simplemente dejación de funciones de la Administración?

Profesores agotados. Pero si en los hogares con alumnos hay estrés, entre los profesores la situación también es crítica. Para 1 de cada 3 la situación le supone un sobreesfuerzo importante, y otro de cada tres considera que ha tenido un  «incremento tremendo de traballo»; hasta el 20% considera que no se puede hablar propiamente de una adaptación a la teleformación. La duda que antes se solventaba en dos minutos en clase ahora son seis correos electrónicos cruzados con alumnos o familia; los trabajos les llegan en enormes cantidades y a veces son fotos, por lo que la corrección tiene que hacerse desde la explicación, con lo que eso conlleva; muchos alumnos tienen dudas y otros mandan mal las cosas porque no han entendido las instrucciones. Según el sindicato FSIE de la Comunidad Valenciana, el 77% de los docentes ha aumentado en dos horas al menos su horario laboral.

Unidireccional. Es de las quejas más comunes entre las familias, esa y el exceso (o inexistencia) de tareas. Pero incluso aquellos que reciben información de sus docentes sienten que la relación es unilateral, no hay diálogo entre las partes. Por ejemplo, un 46% de las familias de la pública (de la concertada no hay datos) dicen que los docentes no les resuelven las dudas o lo hacen algunos en asignaturas sueltas. Y solo al 21% de los alumnos se les corrigen los trabajos (al 49%, nunca). La evaluación de los contenidos recibidos es nula para el 79% de las familias consultadas por Confapa.

Para la mitad de los profesores, la coordinación con sus compañeros es nula, mínima o puntual 

Las cifras pueden parecer excesivas, pero no son muy diferentes de las de los profesores: por ejemplo, para el 50% de los docentes encuestados por la CIG, la coordinacion con sus compañeros es nula, mínima o puntual durante la cuarentena y solo aumentó para el 20% de los profesores. La vía de comunicación docente-alumno más frecuente en la enseñanza pública es el correo electrónico (37%) y el aula virtual (28%). 

«Hay que repensar el tiempo total de la clase virtual, cuando los estudiantes están en vivo al otro lado de la videollamada»

El diseñador e impulsor del método del Flipped Classroom, Jon Bergmann, analizó para La Voz lo que estaban haciendo los profesores chinos (preparar material en vídeo para sus alumnos) y puso el foco en lo que hoy las familias reclaman: «Pueden ir un paso más allá y repensar el tiempo total de la clase virtual, cuando los estudiantes están en vivo al otro lado de la videollamada». Esta videollamada que realiza la clase es un momento de enorme alegría para el alumnado. Lo saben bien en el colegio público de primaria de Laredo, en Redondela, donde todas las clases tienen una hora de "recreo virtual" con sus compañeros, una cita de gran éxito, que refuerza el sentimiento de grupo y la sensación de estar acompañado.

Para facilitar este tipo de encuentros, que fomentan el espíritu de acompañamiento que tanto incluyen ministerio y consejerías en sus instrucciones, la Xunta ha facilitado el acceso a una app específica, Webex. Según los datos de la consellería facilitados esta semana, en los primeros quince días se desarrollaron 52.000 reuniones con 170.000 participantes; son muchas, sin duda, pero la educación no universitaria mueve en Galicia a unas 340.000 personas entre profesores (solo de la pública hay 30.000) y alumnos (sobre 300.000). En el supuesto de que los participantes en las reuniones de Webex fueran todos diferentes, apenas han supuesto la mitad de la comunidad educativa gallega.