La Xunta empeora hasta los 35 días el período de pago a proveedores por los «retrasos» del Gobierno

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO

GALICIA

La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, Maria Jesus Montero
La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, Maria Jesus Montero Eduardo Parra

La eficacia de pago de las comunidades a sus proveedores se desploma mientras Hacienda demoraba el abono de las transferencias

01 abr 2020 . Actualizado a las 16:41 h.

Las comunidades autónomas han empezado el año registrando los peores datos en el pago a proveedores, un parámetro económico que Hacienda mide con rigor desde el 2012 y que por primera vez en meses deja fuera del plazo legal -treinta días- a todas las comunidades menos a País Vasco y Navarra, que no reciben entregas a cuenta por su particular sistema de financiación, y Canarias y Andalucía, esta última por unas décimas. Galicia cae por primera vez en meses en el club de los malos pagadores (35 días de media), pese a que acabó el 2019 siendo la comunidad que abonaba sus facturas con más eficacia, con una media de 19 días. 

¿A qué se debe esta debacle ganeral y el empeoramiento de Galicia? Desde la Consellería de Facenda apuntan que la responsabilidad del mal comienzo del año se debe precisamente a la lentitud de gestión del Gobierno central, que no aprobó hasta el 21 de enero las cantidades que iba transferir a las comunidades autónomas. De hecho, la propia Administración central incumple la norma fijada por el ministerio y, como la comunidad gallega, dispara el promedio hasta las 34 jornadas. «A previsión da Xunta -dicen en Facenda- é corrixir este indicador nos seguintes meses, tal como foi detallado a pasada semana no Consello da Xunta».

Estrategia de pago ante el coronavirus

El problema de pagos, que arrastra dos meses de retraso hasta que Hacienda los va haciendo públicos, no está relacionado con la actual crisis sanitaria, pero, ante la posible incidencia en los próximos meses, la Xunta se ha dotado de una línea de crédito de 1.800 millones de euros, que es un adelanto de las aportaciones que hará el Gobierno a lo largo del año.

Con estos fondos garantizados, el objetivo de Facenda es volver a situar la media de pago a proveedores en torno a los 15 días, acercándose al que fue su objetivo marcado en el 2017, el Plan 10, que consistía en abonar las facturas en diez jornadas o menos. En el 2018, la Xunta consiguió cerrar el ejercicio en una media de 13 días, pero el margen ha ido empeorando a lo largo del 2019 por los retrasos en las actualizaciones de las entregas de la caja central, que llegaron en su mayoría en los meses de noviembre y diciembre, creando problemas de tesorería en las arcas autonómicas.

Además, el departamento que dirige Valeriano Martínez también achaca este empeoramiento de la eficacia al impago de los 204 millones de euros correspondientes al IVA de diciembre del 2017, que la ministra María Jesús Montero se comprometió a abonar en el curso pasado y que, al no prosperar los presupuestos socialistas, se quedaron en el tintero pese a estar consignados en las cuentas de la Xunta.