Un controlador de Burdeos evitó el choque de un vuelo de Ryanair Santiago-Palma

Carlos Punzón
C. Punzón VIGO

GALICIA

Ints Kalnins

Enaire califica el caso, de octubre del 2018, como «incidente grave»; ambas aeronaves estaban a cuatro kilómetros de distancia

04 mar 2020 . Actualizado a las 21:02 h.

El avión Boeing 737-800 de Ryanair que el 2 de octubre del 2018 realizó el vuelo entre Santiago de Compostela y Palma de Mallorca con capacidad para 189 pasajeros, corrió un alto riesgo de chocar en el aire con otro avión de idénticas características y de la misma compañía irlandesa que hacía el recorrido entre Sevilla y Toulouse. Ambas aeronaves llevaban una trayectoria que coincidía fatalmente en un punto a diez kilómetros de altura sobre la localidad navarra de Aibar, a 32 kilómetros de Pamplona. Ahora se ha sabido que fue un controlador francés el que evitó aquel posible siniestro. 

La llamada urgente de un controlador aéreo de Burdeos a los servicios de control españoles evitó el posible choque entre los dos aviones, tal y como desvela el periódico web El Español basándose en un informe de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). El controlador galo percibe que la trayectoria de ambos aviones los conduce inexorablemente al choque entre ellos y por ello alerta a sus compañeros españoles, encargados de seguir las trayectorias de los dos aviones sobre el espacio aéreo de la Península. 

Enaire, la empresa pública encargada de la gestión del espacio aéreo español confirma que dicho incidente se produjo en aquel martes 2 de octubre, hecho que el mismo director general de la compañía y el equipo de seguridad notificaron también en la reunión del consejo de administración correspondiente al mismo mes de octubre con «una descripción detalladas de unos incidentes graves que se registraron en Pamplona y Santiago», puntos donde se ubicaban los controladores que seguían la trayectoria e incidencias de los vuelos. 

El informe de AESA alude como causantes del error desde a una mala coordinación entre controladores a un posible solapamiento de las comunicaciones. Añade el mismo dosier que a las 14.53 horas el primer controlador traspasa la supervisión del avión que vuela de Sevilla a Toulouse a otro compañero encargado de la región nordeste. Pero las conclusiones de la investigación apuntan a que esa transferencia se hizo antes de tiempo, al faltar aún unos 64 kilómetros para que la aeronave cambie de distrito aéreo. Este primer controlador, apunta El Español, fue relevado además en su puesto de trabajo por cambio de turno por otro compañero, quedando el avión de Sevilla en un espacio sin supervisión hasta llegar a la siguiente zona de control, como declara el profesional que tomó el relevo en la zona nordeste y que no pudo detectar por ello el avance del aparato hacia la trayectoria del vuelo que había partido de Santiago y que sí estaba siendo seguido por el controlador que acababa de entrar de guardia. 

El seguimiento del incidente relatado por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea añade que tampoco emitió ningún aviso el sistema de automático de detección de aproximaciones peligrosas, como sí se advirtió desde Burdeos a las 14.55 horas. Su alerta hizo posible que se requiriese a los pilotos a que cambiasen sus alturas de vuelo para no coincidir fatalmente cuando solo les separaba unos cuatro kilómetros de distancia y 121 metros de altura respecto a sus dos trayectorias.