Alberto Núñez Feijoo: «Tenía decidido no repetir, pero la moción de censura a Rajoy lo cambió todo»

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

vitor mejuto

«Si vencemos un exceso de confianza, y jugamos el partido hasta el último minuto, habrá una mayoría absoluta», dice el aspirante a una cuarta reelección

18 feb 2020 . Actualizado a las 19:52 h.

Alberto Núñez Feijoo empezó la semana adelantando unas elecciones y la acabó con un cocido en Lalín, una aclamación como candidato en Vigo y un concierto de Víctor Manuel en A Coruña. Del recital se entera de casualidad: se lo comenta un turista madrileño que corta la entrevista, y el presidente resuelve ir con su pareja. Antes, durante y después de la charla se presentan a saludarle y hacerle fotos varios grupos de visitantes cántabros y asturianos, y hasta el alcalde de un pueblo de Valladolid.

-Y viendo esto dice entonces que no quiere irse a hacer política a Madrid...

-Esa pregunta, cuando acabo de convocar las elecciones gallegas... Lo he contestado muchas veces. La oposición lleva años diciendo que la Xunta era para mí una excusa para irme, y ya ve. Algunas de esas personas, precisamente, están ahora en Madrid. Mi compromiso acaba aquí.

-En septiembre dijo que no había motivos para un adelanto. Aparentemente todo está igual en Galicia. ¿Qué ha cambiado?

-Entonces no había nada más que rumores que apuntaran a un adelanto en el País Vasco. Hay estabilidad, sí, pero, y no lo discuto, hay una amenaza de adelanto de Torra que nos iba a meter en una atmósfera electoral durante meses. Y cuando en el País Vasco ya no hay rumores, sino hechos, y veo que los partidos ya están en Galicia en clave electoral, considero mejor hacer coincidir las fechas, y así activar el nuevo Parlamento en mayo, y preparar el presupuesto del 2021.

-También le ayuda electoralmente: por la derecha, Ciudadanos está con una gestora, Vox sin presencia ni estructura en Galicia... Y por la izquierda, no se sabe si habrá tres, cuatro o cinco candidaturas.

-No creo que el lendakari haya convocado las elecciones para beneficiar al PP de Galicia. Si no llega a haber elecciones en el País Vasco el 5 de abril, yo no habría elegido esa fecha. Era lógico que coincidieran las dos comunidades tras los excesos de convocatorias en el 2019. Y, sobre todo, advertí que estábamos ya en ambiente electoral. Y prefiero que se resuelva en 50 días y no en 8 meses. Y más cuando vemos el comportamiento del Gobierno central, que me sorprende por un sectarismo impropio, como ha sucedido con la deuda: primero negarla, luego discutir que no nos la pagan... Y la dejadez de no hablar durante año y medio de las industrias electrointensivas y luego presentar un papel que acerca al cierre a Alcoa. Y el juego de malabares con la fecha del AVE...

-Acabamos de empezar la entrevista y ya habla del Gobierno central. ¿Le viene bien al PP esta estrategia de tensión entre la Xunta y Madrid?

-Pues no sé si le viene bien al Partido Socialista, porque esta situación es responsabilidad suya, no del PP. Y viene de que el Gobierno a quien le da el oxígeno es el independentismo catalán, es quien le mantiene. No aprobará una sola ley sin ellos. Y su obsesión es no molestar a Cataluña. Sorprende que en la propuesta para las empresas electrointensivas entren decenas de empresas nuevas. ¿De dónde? Del País Vasco y de Cataluña.

«Galicia no puede estar sometida al multipartito del Gobierno de España»

-¿Y en estos meses, antes de confirmarlo esta semana, pensó no repetir como candidato?

-Sí.

-¿Y cuándo fue?

-Como la mayoría de los españoles, no pensé que fuera a haber una moción de censura en España tras aprobarse unos presupuestos en el año 2018. Hasta ese momento, yo veía claro que era mi último mandato. Pero todo cambió. Hubo una moción de censura a Rajoy, se dijo que era para convocar elecciones, luego que acabaría la legislatura, luego se interrumpe porque no hay presupuestos porque no lo permiten los independentistas, luego elecciones en abril, luego no se podía pactar con Podemos, luego elecciones en noviembre, y luego en 48 horas se firma el acuerdo del abrazo con Podemos... Vi que la política en España entraba en una fase de frivolidad que no habíamos conocido en 40 años. Y que no hay un cambio de Gobierno, que no pasaría nada por ello, sino que esto es un cambio de régimen.

-Antes de la moción de censura entonces...

-Antes de aquello este era mi tercer y último mandato. Pero eso precipita un cambio de postura, y cada vez con más intensidad. Galicia necesita a alguien que la defienda sin ataduras, que no dependa de los intereses que tenga el partido que gobierne en Madrid. Me presento a los gallegos para que me den órdenes. Si no me dan ese mandato, habré cumplido hasta el último momento.

-¿Y qué va a pasar si se da ese último supuesto?

-Yo he hecho caso a los gallegos en todo lo que he intuido que me pedían. Si aun ganando no tenemos mayoría absoluta, aquí habrá un cuatripartito.

-Me refiero a qué pasará con Alberto Núñez Feijoo.

-Eso es lo de menos.

-No puede ser lo de menos qué suceda con quien ha gobernado 11 años Galicia y que lidera el primer partido.

-Déjeme que tire de manual: salimos a ganar y a tener mayoría suficiente para gobernar.

-Con lo previsible que dice que es usted, algo tendrá previsto...

-Por eso, porque soy previsible, yo creo que vamos a ganar. Me preocupa ver confianza en algunos colegas de mi partido. Pero si vencemos ese exceso, y si jugamos todo el partido hasta el último minuto, volverá a haber una mayoría absoluta.

«El bipartito de Touriño-Quintana es mucho mejor que el multipartito que puede haber ahora»

-¿Y no le preocupa que le salpique la detención del expresidente de Pemex, uno de los que validaron el acuerdo con la Xunta para Barreras?

-No. Me han intentado decir que aquellos barcos cuyo contrato cerramos eran mentira. Pasó en la campaña del 2012. Aquellos compromisos con el Gobierno mexicano de Felipe Calderón se mantuvieron con Peña Nieto, y yo fui a agradecerle al presidente de Pemex [Emilio Lozoya Austin, detenido por corrupción] que mantuviera el acuerdo con su antecesor, que fue quien se desplazó a Galicia y se comprometió a los dos floteles. Cuando uno tiene la conciencia tranquila sabe que esto son los gajes del juego político.

-Sálgase del manual ese de precampaña. Si dice que solo piensa en lo mejor para Galicia, ¿quién sería mejor presidente: Gonzalo Caballero o Ana Pontón? Y no me diga que sería usted.

-Uy... No me gusta utilizar una entrevista para desprestigiar a otros candidatos. (Silencio) Yo creo que el bipartito, al que yo fui un férreo opositor, es mucho mejor, en personas y en programa, que lo que hay ahora como posible multipartito. Touriño tenía más personalidad que lo que hay ahora en el Partido Socialista, y Quintana se daba cuenta de que el independentismo y las alianzas con Bildu, con Esquerra y con la CUP llevarían al Bloque a un escoramiento que no va con el carácter de los gallegos. Galicia, en todo caso, no puede estar sometida al multipartito de Madrid.

-¿Habrá que empezar a pensar en la sucesión el lunes 6 de abril, pase lo que pase? Como hizo Fraga, por ejemplo...

-Si tuviera 82 años, me preocuparía por ese momento. Pero en el partido hay excelentes personas que, si se les da tiempo, pueden ser presidentes de esta comunidad. Tenemos el Gobierno más experimentado de España. Ninguno ha resistido como el nuestro. Y diputados y diputadas con talento. Hay cantera para el 2024.

-¿Algún nombre?

-No. Me está haciendo demasiadas preguntas contra el manual del candidato (risas).

ED CAROSÍA

 «He disgustado a muchos ministros del PP, yo solo me debo a Galicia»

Los dos nombres que más pronuncia Feijoo durante la entrevista son los de Pedro Sánchez y Mariano Rajoy. Es fácil advertir lo que opina de uno y de otro.

-¿Seguro que fue tan reivindicativo con Rajoy como lo está siendo con Sánchez?

-¿Habría dejado de pagar Rajoy 2.500 millones a las comunidades? No habría podido salir a la calle. ¿Podría hacer yo actos públicos en Galicia si Rajoy me debiera 370 millones y yo no dijera nada? Me habrían rodeado los socialistas, nacionalistas y los de Podemos. ¿Se imagina que Rajoy hubiera cerrado Alcoa? ¿O que clausurara Meirama y As Pontes? Pregunte al ministro Soria [Industria] por mis reivindicaciones. O al de Hacienda [Cristóbal Montoro], para que cuando se empezara a crecer hubiera 5.000 millones para las fragatas en Ferrol, las que ahora empezarán en el 2022. A Íñigo de la Serna [Fomento] le obligamos a venir a Galicia mes a mes para que explicara el avance del AVE, y me disgusté cuando supe que había 14 contratos cuya ejecución se había incumplido, y se dejó la fecha para el 2019. Me opuse a que el Gobierno de Rajoy condonara la deuda a las comunidades incumplidoras. ¿Cómo que no he sido reivindicativo? Pedí el mismo trato a Galicia que a Cataluña cuando se fusionaron las cajas. Muchos ministros del PP se disgustaron. Pero a estas alturas de mi vida me debo a Galicia, sin renunciar a mi compromiso partidista, trabajando dentro de mi partido, sí. Pero si tengo que elegir, será Galicia.

«En el partido hay excelentes personas que, si se les da tiempo, pueden ser presidentes de esta comunidad. Hay cantera para el 2024»

-¿Teme un desembarco de ministros con promesas estos meses para Galicia?

-Ojalá que la magia electoral haga que nos paguen los 370 millones de euros, podamos tener carga de trabajo en los astilleros de Ferrol a partir de verano, o que haya una tarifa eléctrica que consiga un precio de la luz competitivo para nuestras empresas. No pido ahora nada que no habría exigido al anterior Gobierno, no consentiría todo esto a un Ejecutivo del PP. Quien acepte o justifique todo eso no podrá ser presidente.

-¿Mantiene su agenda con ministros o con Pedro Sánchez pese a la precampaña?

-Una ministra iba a venir este lunes y nos ha desconvocado, supongo que no habrá podido. Y cuando al presidente del Gobierno le comuniqué la fecha de las elecciones por teléfono, me dijo que qué opinaba de mantener la reunión prevista; le dije que sin problema, es lógico que siga si la hay con Euskadi y con Galicia. Y yo le recibiré con todos los honores y con todo el respeto. Yo soy representante del Estado en Galicia.

«Un pacto PSOE-PP en España es hoy más necesario que nunca, pero Sánchez lo hace imposible»

-En septiembre, cuando se debatía si habría nuevas elecciones, dijo que a España le iría bien un acuerdo PSOE-PP. ¿Lo mantiene?

-Sin duda, y ahora más que nunca. ¿Sería posible ahora? Pues es que Pedro Sánchez lo ha hecho imposible. Su biografía política certifica que el PP le produce urticaria. Creo que el PSOE se sentiría mejor, más libre, con un acuerdo de legislatura con el PP antes que sometido al imperio de Podemos y bajo la bota del independentismo.

-Cuando lanzó la convocatoria electoral dijo que esperaba que no se repitieran en Galicia las anomalías en España, ¿a qué se refería? ¿A un multipartito, o a la entrada de Vox?

-A todo. Hay un escoramiento en España que tiene riesgo de llevar a una fractura social. Lo hay hacia la izquierda, con un partido que hace cambiar hasta la política exterior; y con un Gobierno que por primera vez depende del independentismo catalán y de Bildu. Y me preocupa una fractura hacia la derecha más extrema que impide un reagrupamiento del centroderecha, que es la única salida que tiene España para finalizar un período donde el independentismo campa a sus anchas. Hay un doble riesgo.

-¿Galicia seguirá siendo impermeable a Vox?

-Yo creo que sí. ¿Vox va a sacar representantes en Galicia? No, me la jugaría a ello. Los votantes que han cogido una papeleta de Vox en las generales y ahora la ponen en el PP, saben que todo aquello que quieren combatir lo tienen garantizado con nosotros. Y lo mismo los votantes de Ciudadanos. El PPdeG es la casa común de todos ellos, desde la moderación.

«Nos equivocamos con el cierre del paritorio de Verín, pero lamento la demagogia con la sanidad pública»

El adelanto electoral en Galicia y la disolución del Parlamento aparca una ley negociada durante dos años: la de impulso demográfico. Galicia sigue perdiendo habitantes, ya está por debajo de los 2,7 millones, sigue habiendo éxodo de jóvenes, más defunciones que nacimientos...

-¿El demográfico es el gran debe de sus 11 años de gestión?

-Es el gran problema estructural de Galicia. Lo dije en el primer debate de investidura del 2009, y hemos puesto una batería de medidas muy importante: impuestos cero en el rural, duplicar el número de plazas de guardería, poner gratis las escuelas infantiles en casas nido en ayuntamientos pequeños, duplicar las plazas de FP... Y si uno se fija en movimientos de población, hay tres datos importantes: entre el 2009 y el 2019, hay un saldo positivo entre entradas y salidas de gente de Galicia de 40.000 personas; entre 18 y 34 años, lo es en 2.000 jóvenes; y en el 2019 perdimos 3.000 personas, porque llegaron 11.000 más de fuera. Si no, el saldo habría sido peor.

-Una clave para revertir la despoblación es el empleo. Su objetivo era bajar de dos dígitos, y se ha quedado en el 11,7 %.

-Sí, pero hemos bajado el paro un 23 %. Íbamos con un ritmo para llegar al 10 % a finales de este año, pero la economía se ha desacelerado, aparte de políticas improvisadas del Gobierno. Y no es descartable acabar el año en el 10,7 %. Hoy la economía gallega es mucho más sana, por las exportaciones y la competitividad, que en el año 2009.

-¿La sanidad es otro agujero?

-Todos los indicadores del ministerio, listas de espera... nos sitúan entre los dos o tres mejores sistemas de España. Es evidente que la oposición tiene que hacer oposición, y han elegido la sanidad. En el 2012 el Partido Socialista puso unas tarifas de lo que íbamos a cobrar por consulta, pruebas diagnósticas, estancias hospitalarias... Y ahora todo se resume en que hemos suspendido 60 días los partos en Verín mientras no había pediatras.

-¿Gestionaron mal ese cierre? ¿No midieron la respuesta social?

-Nos equivocamos claramente en la comunicación a los ciudadanos, en la prioridad del problema, que es que no había pediatras en Verín, y pensamos que la gente lo sabía, y no dimos la información suficiente. Y nos sorprendió el interés de la gente por parir en Verín. Solucionamos el problema en 60 días. Y lamento que se haga demagogia con la sanidad pública.