Pulso entre PSOE y BNG por liderar la alternativa

GALICIA

Ambos quieren aprovechar que el adelanto electoral ha cogido con la maquinaria desengrasada a la izquierda rupturista

16 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El derrumbe del espacio político que ocupaban las mareas, certificado el pasado mes de mayo al perder las alcaldías de A Coruña, Santiago y Ferrol, y reproducido un mes después con la fractura de su grupo en el Parlamento, dejó una estampa inédita en la izquierda gallega. El PSOE y el BNG, que fueron superados por la irrupción de En Marea en las autonómicas del 2016, pasaron de observar con atención el naufragio de su principal competidor electoral a lanzarse ahora a la carrera para ver quién recoge más enseres en la escena de la catástrofe.

El resultado se conocerá tras las elecciones del 5 de abril, aunque tanto los socialistas como los nacionalistas, lo mismo Gonzalo Caballero que Ana Pontón, se ven a sí mismos con cierta ventaja y reclaman el liderazgo de la alternativa política frente al PP de Núñez Feijoo.

Desde que el PSOE protagonizó la gesta de desplazar por primera vez en la historia al PP como fuerza más votada en Galicia, algo que ocurrió en las generales de abril del 2019, Gonzalo Caballero empezó a proyectar una imagen virtual de presidente de la Xunta. En su equipo se instaló un optimismo desbordante. Poco importó que la hegemonía socialista no fuera confirmada ni en las municipales de mayo ni en la repetición de las generales de noviembre, pues el líder del PSdeG mantuvo siempre vivo el reto de superar al PP de Feijoo en apoyos.

Lo repitió esta misma semana cuando Caballero retó al mandatario autonómico a mantener un debate electoral durante la campaña, pues entiende que las opciones para ocupar la presidencia de la Xunta y liderar un Gobierno gallego se limitan únicamente a dos: o Alberto Núñez Feijoo o Gonzalo Caballero.

En cambio, el BNG se lanzó de lleno a combatir esa concepción bipartidista, a base de exprimir todo el jugo de ese momento dulce que vive desde que recuperó su presencia en el Congreso con Néstor Rego. Aprovechando que la convocatoria electoral del 5A sorprendió a la izquierda rupturista con los motores agarrotados y que está sometiendo a Podemos, Esquerda Unida, Anova y En Marea al estrés de tener que negociar contrarreloj las nuevas alianzas y los nombres de los candidatos, el BNG se lanzó de lleno a proyectar su propia imagen virtual: la de que una mujer, y además nacionalista, pueda ocupar la presidencia de la Xunta por primera vez en la historia.

Ese objetivo lo expresó la propia Ana Pontón en enero, el día de su proclamación como candidata del BNG, subiéndose en una caja en una calle del casco histórico de Santiago embarazada de ocho meses. «Presidenta, presidenta!», coreaban sus simpatizantes. Y ayer, en un acto con activistas feministas, Pontón insistió en alimentar la misma idea.

El pulso entre PSdeG y BNG por liderar la alternativa a Feijoo es evidente. Caballero huye de esa perspectiva como de la tiña, pues es evidente que la imagen de un Bloque cohesionado y en ascenso le resta potencia. En cambio, encuestas como la elaborada por Metroscopia apuntan esa tendencia, al reducir a solo dos escaños la distancia de los socialistas y los nacionalistas, una brecha que era de siete diputados en la encuesta elaborada por Sondaxe el mes pasado.

Los enseres del naufragio de las mareas siguen a flote. PSdeG y BNG hacen acopio a codazos para liderar la alternativa. Cada cual con su propia ficción. Y enfrente, Feijoo, al que los sondeos muestran aún fuerte y con opciones de lograr una cuarta mayoría.