Los ciclistas son una de las principales preocupaciones para los responsables de la DGT. Su protección es su propio cuerpo y en la carretera siempre llevan las de perder. Por eso forman parte del colectivo de usuarios vulnerables, a los que se les está prestando una especial atención.
El riesgo del adelantamiento
Uno de los mayores riesgos para los ciclistas se produce en el momento en que son adelantados por vehículos a motor. Es una maniobra de máximo peligro porque cualquier movimiento inesperado puede terminar con el ciclista en el suelo. La normativa de Tráfico trata de ofrecer la máxima protección a este colectivo, y por eso en el caso de los adelantamientos es especialmente exigente al imponer una separación mínima de 1,5 metros entre el automóvil que adelanta y la bicicleta.