M. Hevia
Inés Arrimadas, única aspirante a liderar Ciudadanos,-relegado en las urnas a una pequeña isla de diez diputados embutida en el Congreso de los Diputados entre Vox, PNV y ERC- ha dado esta semana un golpe de efecto al plantear el ofrecimiento de acudir a las próximas convocatorias electorales, las autonómicas gallegas, vascas y catalanas, en coalición con el PP, en un pacto del centroderecha.
Inés Arrimadas ha lanzado la oferta negociadora en los tres territorios históricos, sin escisiones, ni excepciones. Plantea un plan de alianzas que ha dejado boquiabiertos, por un lado, a un sector de la propia formación naranja, aquel que amenaza con dar la batalla en la elección de Arrimadas para liderar el partido, hasta ahora regido por una gestora que ella misma encabeza tras la dimisión de Albert Rivera. Pero por otro, se ha encontrado de frente con un peso pesado del partido de Casado, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo. El popular gallego es categórico: Ciudadanos puede integrase en su lista en Galicia, pero sin alianzas. Porque la marca del PPdeG pesa, ante la irrelevancia de Cs en la comunidad, asegura el jefe del Ejecutivo gallego.