Caballero llama a los suyos a ponerse «chaleco antibalas» ante una campaña electoral que prevé muy dura
25 ene 2020 . Actualizado a las 23:17 h.El misterioso y rocambolesco encuentro en Barajas de José Luis Ábalos con la vicepresidenta de Maduro volvió a eclipsar el segundo día de visita del ministro a Galicia. Ayer arropó en Santiago a Gonzalo Caballero en calidad de secretario de Organización del PSOE y, pese a las circunstancias, se esforzó en reorientar su mensaje hacia la agenda gallega, con duros reproches a Feijoo.
No hubo mención en su discurso al controvertido asunto de la devolución del IVA, que tiene también en pie de guerra a comunidades gobernadas por socialistas, como Extremadura y Castilla-La Mancha, pero sí al AVE, otra de las cuestiones sobre las que gira ya una precampaña electoral autonómica que se avecina eterna. El también ministro de Tranportes insistió otra vez en que la alta velocidad llegará a esta comunidad en el 2021. Un año más tarde de la fecha comprometida por su predecesor en el cargo, el popular Íñigo Gómez de la Serna, que Ábalos hizo suya cuando asumió la cartera.
Este plazo contradice al que da la UE y al que maneja Feijoo, que ya ha advertido que la alta velocidad no llegará en el año Xacobeo, y al que Ábalos le pidió «lealtad», después de que el Tribunal de Cuentas revelase que dos tercios de los contratos se pararon o ralentizaron en el 2016, año en el que estaba Mariano Rajoy en la Moncloa.
El secretario de Organización del PSOE advirtió a los populares de que su partido se «volcará con esta tierra» y pronosticó que Gonzalo Caballero será el próximo presidente de todos los gallegos frente a un Feijoo que, dijo, trata de convertir a Galicia «en una trinchera desde la que hacer frente al Gobierno español». Una estrategia, insistió, que no es «buena para Galicia».
La presencia de Ábalos acaparó los focos en un comité nacional del PSdeG en el que intervenía también su líder y candidato, Gonzalo Caballero, que llamó a los suyos a ponerse un «chaleco antibalas» ante una campaña electoral que se prevé «dura» por los ataques «furibundos» que recibirá su partido por parte del PP.
Convencido de ganar
Caballero prevenía así a los suyos de que se avecinan tiempos de juego sucio y deslealtades, y emplazó a todos los cuadros del PSdeG «a poñer a sexta marcha» para afrontar un trabajo que conducirá al final del PP en una Xunta dirigida por un Feijoo que «xera hartazgo». En su intervención ante el comité del partido, el candidato socialista tiró del legado de dos expresidentes, Laxe y Touriño, como ejemplos de políticas públicas dirigidas a la cohesión social y a la vertebración del territorio.
Donde también puso el foco el líder de los socialistas gallegos fue en lo sucedido en Verín, con la reapertura del paritorio. Lo citó como ejemplo de lucha de una Galicia que se resiste a «esmorecer».