Caso Sonia Iglesias: diez años de una investigación infructuosa

María Hermida / Ana Barcala PONTEVEDRA / LA VOZ

GALICIA

RAMON LEIRO

La búsqueda realizada este miércoles en un pozo no halló rastros humanos

22 ene 2020 . Actualizado a las 19:38 h.

A cualquiera de los tres comisarios de la Policía Nacional que en los últimos diez años han pasado por Pontevedra les hubiese gustado resolver el caso de Sonia Iglesias. Es el reto de quien ocupa ese puesto. Localizar a la joven desaparecida aportaría cierto descanso a los agentes que mantienen viva la investigación, con innumerables pesquisas, actuaciones policiales, interrogatorios... Cada cierto tiempo, la Fiscalía obtiene nuevas líneas de investigación, nuevas diligencias. Porque en su ánimo está facilitar a la familia de Sonia Iglesias respuestas a las preguntas que se repiten desde hace 10 años. Pero lo único contrastado es que, el día de su desaparición, Sonia Iglesias y su pareja salieron juntos del piso que compartían para dirigirse a una zapatería.

Allí dejó un par de sandalias a arreglar. Y se le perdió la pista. Su compañero sentimental, quien llegó a estar imputado entre julio de 2012 y agosto del 2014, al parecer, incurrió en varias contradicciones. Llegó la imputación de Julio Araújo, pero también su desimputación cuando la jueza determinó que sus contradicciones carecían de carga probatoria, extremo que confirmó la Audiencia, quien también terminaría desestimando la petición de la Fiscalía de someterle al test de la verdad. El último gran impulso a esta investigación se produjo en el 2017 cuando se reabrió la causa y se ordenó, ya en febrero del 2018, un registro de la vivienda en la que residió la pareja y que pertenece a la familia de Araújo, quien junto con su hermano fue interrogado. Y de nuevo, un callejón sin salida.