La Xunta presiona en Bruselas para seguir percibiendo fondos de cohesión en la nueva etapa

I. SÁNCHEZ ARTERO BRUSELAS / E. LA VOZ

GALICIA

Parlamento Europeo en Estrasburgo
Parlamento Europeo en Estrasburgo DPA / FRED MARVAUX

A pesar del repunte en el PIB, los gallegos todavía siguen a casi 20 puntos de la media europea

21 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La política de cohesión va a sufrir un reajuste en el próximo Marco Financiero Plurianual para el período 2021-2027 y se espera que Galicia no sea una región muy beneficiada. La comunidad ha recibido alrededor de 20.000 millones de euros en fondos europeos desde la adhesión de España en 1986 y la Xunta teme que pueda sufrir un tijeretazo de 1.275 millones de euros en este período, que tocaría principalmente a las ayudas ligadas al desarrollo rural.

El proyecto presentado por la Comisión Europea aspira a un global menor al del presupuesto actual. Según los primeros borradores, se espera una reducción de en torno al 15 % en la Política Agrícola Común y un recorte en el Fondo de Desarrollo Rural y Política de Cohesión de un 25 % y un 10 %, respectivamente.

El eurodiputado socialista Nicolás González Casares cree que Galicia «no se entiende sin la solidaridad de la UE» y considera que «todavía queda un largo camino por recorrer para alcanzar la convergencia europea». Según datos de Eurostat, el poder adquisitivo de los gallegos convergió desde el 2004 hasta la crisis económica. El fin del 2009 marca un punto de inflexión con una nueva caída que ha empezado a remontar a partir del 2015. A pesar del repunte de estos años, «hay que trabajar para asegurar los fondos disponibles para atajar esta solución, ya que hay casi 20 puntos de distancia con la media europea».

El eurodiputado popular Francisco Millán Mon subraya la importancia de que se tengan en cuenta otros criterios como el declive demográfico o el paro juvenil, además del PIB, para establecer las ayudas de cohesión. Los dos políticos consideran que se debe garantizar una red de seguridad para que regiones como Galicia no vean reducido su nivel de fondos comunitarios, y también que garantice que reciban la financiación que necesita para desafíos como la transición verde. Se necesitan aportes para las nuevas necesidades -economía digital o crisis climática- sin descuidar las antiguas, como la agricultura o la pesca.

Andrés Faíña Medín es experto en asuntos europeos y catedrático Jean Monnet de Economía Industrial Europea en la Facultad de Economía y Empresa de A Coruña. Fue director de Planificación y Fondos en Galicia durante cuatro años y a continuación trabajó como asesor de la Unidad de Evaluación para el período 2007-2013. Al final esa etapa participó en un informe de la European Policies Research Centre donde analizó la evolución de 13 regiones, entre las que se encontraba Galicia, gracias a los Fondos de Cohesión y Feder desde 1989. El experto concluye que el balance es positivo. Del primer período destaca las grandes inversiones en infraestructuras para la construcción de autopistas y puertos. Y, a continuación, la apuesta por otras líneas de apoyo para las empresas. Sin embargo, para Faíña el punto de inflexión fue la supresión de la frontera con Portugal en 1992, que ayudó mucho a la economía gallega.

El profesor considera que en los primeros estadios de desarrollo «los efectos fueron rápidos y positivos, porque Galicia se encontraba muy lejos a nivel de infraestructuras básicas». Años más tarde hubo «una apuesta por el cambio de mentalidad», priorizando el conocimiento y la formación empresarial.