El laberinto legal y administrativo hace difícil que la AP-9 se traspase este año

Carlos Punzón
Carlos Punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

Imagen del puente de Rande desde su cota más alta
Imagen del puente de Rande desde su cota más alta

El nacionalista Néstor Rego advierte que «se hai vontade pódese conseguir»

10 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

A la tercera podrá ir la vencida, pero no está garantizado que las Cortes vayan a aplicar un ritmo suficiente como para que la transferencia de la autopista AP-9 se traspase a la comunidad autónoma gallega este mismo año, como PSOE y BNG han comprometido en el pacto firmado entre ambas fuerzas sobre la investidura de Pedro Sánchez. El laberinto legislativo de las Cortes y la posterior negociación entre la Administración central y la gallega para definir los términos del traspaso, requieren de plazos que difícilmente encajan en los once meses que quedarán una vez que se lleve a cabo la apertura solemne de la legislatura.

«Se hai vontade pódese conseguir», advierte Néstor Rego, diputado del BNG y encargado de velar a partir de ahora en el Congreso por la marcha de las exigencias planteadas por su formación al PSOE.

Pero de entrada, está por determinar en qué momento se debatirá en el Congreso la proposición de ley avalada por unanimidad por el Parlamento gallego. La cámara trata cada mes solo una petición llegada desde las autonomías, y son diez las que aguardan turno en este momento. Según los órganos de gestión del Congreso no hay ningún orden establecido de momento y no será oficial hasta que se constituyan las comisiones de la cámara.

Las diez proposiciones de ley emanadas de las autonomías tienen todas la misma fecha de presentación: el 3 de diciembre, y todas fueron calificadas por la Mesa el 13 del mismo mes. Pero de entrada, la proposición para debatir la transferencia a Galicia de la AP-9 ocupa el sexto puesto en el listado que ofrece el Congreso sobre las iniciativas autonómicas pendientes, lo que de establecerse como orden definitivo llevaría el debate sobre la autopista gallega a julio, si ese mes se declara activo en la cámara. 

«Resulta muy complejo que vaya a dar tiempo», mantiene el último presidente de la comisión de Fomento en el Congreso y diputado del PP ourensano, Celso Delgado, que recuerda que la última vez que se trató el mismo tema en el Congreso se tardó tres meses en solo decidir si se consideraba necesario o no acelerar el debate sobre el traspaso del vial.

De repetirse esa dinámica, el pleno aún tendría que debatir las enmiendas que presenten los grupos, que de entrada tendría seguramente de nuevo la negativa de Ciudadanos y ahora también la casi segura de Vox. El texto que se apruebe por mayoría pasaría al Senado, donde de nuevo sería sometido a enmiendas, lo que obligaría a otro nuevo debate en la cámara baja. Pero todo se podría complicar un poco más si en lugar de por la vía urgente la propuesta se tramita vía comisión del Congreso para que consensúen en ella los partidos un texto a debatir después en pleno. De ser así habría que añadir meses a todo el proceso.

Discutir los términos

Sea por una vía más veloz o por la ordinaria, la proposición remitida por el Parlamento gallego establece a mayores un plazo máximo de medio año para que luego Gobierno central y Xunta discutan los términos del traspaso, que reflejen además una solución a las subidas extra de los peajes de la AP-9, establecimiento de bonificaciones, compromiso de pago de las obras pendientes y las futuras proyectadas (ampliación de Alfonso Molina en A Coruña; transformación del acceso a Vigo, o el nudo de los bomberos de Pontevedra).

Y todo podría coincidir además con la campaña electoral en Galicia, momento menos favorable para reuniones de este tipo y aún menos para propiciar consensos. La Xunta, de entrada, no quiere asumir ningún coste con el traspaso de la autopista.

El BNG exige ida y vuelta gratis para los que hagan dos viajes al día y el PSOE pide desarrollar el pacto

El presidente de la Xunta se atuvo este jueves a la literalidad del acuerdo firmado entre PSOE y BNG para advertir que el texto consensuado entre ambas formaciones alude a la gratuidad total para los viajes de ida y también de vuelta para todos aquellos conductores que transiten al menos dos veces al día por la AP-9. No solo para los que regresen en el día, como se dio a entender tras la firma del pacto político de investidura. El texto hace en efecto referencia a «garantizar como mínimo la bonificación del 100 % de los peajes para los usuarios frecuentes (dos veces o más al día), tanto particulares como profesionales, durante todos los días de la semana».

Néstor Rego, diputado del BNG e integrante de las conversaciones con los socialistas, indicó que el Bloque exigirá que se cumpla la literalidad del acuerdo, es decir, que la gratuidad sea de ida y vuelta para los que hagan al menos esos dos viajes en el día.

Desde el PSOE en cambio se pide calma y cautela para esperar a ver cómo se puede desarrollar no solo para la AP-9, sino también para la AP-53 y la AP-66 asturiana, unas bonificaciones que mitiguen el plazo de 75 años de concesión a la que están sometidos dichos viales, los únicos con un contrato de tanta duración.

«Hay que desarrollar la letra pequeña del acuerdo y ver hasta dónde se puede llegar», avanzan las mismas fuentes socialistas sin descartar nada, pero sin garantizar tampoco que la gratuidad total pueda darse por garantizada para los vehículos que hagan al menos dos viajes al día.