Feijoo: «A política cautiva de posicións extremas está lonxe do carácter dos galegos»

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO

GALICIA

El presidente de la Xunta lanza un mensaje de Fin de Año con críticas a la inestabilidad del Gobierno de España y admite que aprende «do pobo» para rectificar «decisións equivocadas»

31 dic 2019 . Actualizado a las 16:23 h.

Guante de seda con los gallegos, mano de hierro con el Gobierno de España. El último mensaje de Fin de Año del mandato del presidente de la Xunta tuvo dos tonos muy diferentes, el conciliador para las cuestiones internas y el reivindicativo para todo lo que no se sustancia en la comunidad pero que «afecta negativamente aos nosos intereses». Alberto Núñez Feijoo también dejó un hueco para la autocrítica sin entrar alusiones, más bien para entendedores, cuando afirmó que «rectificar decisións equivocadas, mal explicadas ou mal entendidas forma parte das obrigas dun político con responsabilidades públicas». Y lo entiende así, dijo, porque «aprendo do pobo».

La educación y el aprendizaje permanente fueron el eje del discurso, y también el telón de fondo. El dirigente autonómico se fue hasta su instituto de juventud, el IES Blanco Amor, en Ourense, para poner en valor el esfuerzo realizado por su departamento en la última década por un sistema «público e de calidade» que garantice la igualdad de oportunidades y el éxito colectivo a las generaciones venideras. Un objetivo que se consigue con «ferramentas», pero también con la transmisión de valores como la tolerancia, «sentindo o orgullo do que somos sen que iso implique rexeitar a ninguén».

Ya en la arena política, Feijoo presumió de Galicia como un territorio que entiende la estabilidad como un requisito para el bienestar de sus ciudadanos, y en contraposición se refirió a los retos de una Europa «que afronta serias disxuntivas» y una España instalada en el «sobresalto». En este punto reflexionó sobre las incertidumbres que conducen a la «parálise» y al «atraso interminable de decisións urxentes por unha política cautiva de posicións extremas que está lonxe do carácter propio dos galegos».

También hizo referencia a los recientes acuerdos políticos: «Galicia non permanecerá calada cando a necesaria estabilidade da nosa nación común se entrega como moeda de cambio».

A lo largo del mensaje, de nueve minutos de duración, criticó que el Estado haya retenido recursos económicos de Galicia y que comience el 2020 sin fechas concretas para la llegada del AVE, así como que el Gobierno haya rechazado «entendementos baseados na moderación» para fiarse de fuerzas y líderes «xulgados e condenados, que teñen o propósito confeso de socavar a España das autonomías para fragmentala mediante procesos de ruptura».

Sin salir de la actualidad, dejó las críticas directas para adentrarse en una serie de asuntos con un inequívoco poso social: recordó a los trabajadores que están pasando un mal trago por la crisis industrial y las «indecisións» políticas, en clara referencia a las empresas con alta dependencia eléctrica; a los enfermos, marginados y emigrantes, y también tuvo palabras para las mujeres que sufren la violencia machista. «Temos que camiñar unidos sen deixar atrás ou de lado a ninguén» fue la frase que le sirvió de lanzadera para introducir algunas de las medidas más recientes de su Ejecutivo, como la gratuidad de las guarderías para el segundo hijo, el transporte en autobús sin cargo para los menores de 21 años, las últimas acciones legislativas y normativas en torno al cambio climático o el apoyo para que las empresas avancen por la senda de la innovación, cuatro pilares del plan estratégico de la Xunta para la próxima década al que hay que sumar el impulso turístico y cultural a través del Xacobeo 2021 y el siguiente, que será en el 2027.

Feijoo, aprovechando también el escenario, reivindicó el «bilingüismo cordial» de Blanco Amor y la impronta cultural que dejamos gallegos en el mundo, porque pese a que «non somos moitos, Galicia é moito», remató.