Así es el asesino de Ana Enjamio: «O está conmigo o con nadie»

e. v. pita VIGO / LA VOZ

GALICIA

César Adrio, llegando al juzgado custodiado por la Guardia Civil
César Adrio, llegando al juzgado custodiado por la Guardia Civil M.MORALEJO

El jurado ha declarado a César Adrio culpable de matar a cuchilladas y con ensañamiento a su joven compañera de trabajo, con la que estaba obsesionado

14 feb 2021 . Actualizado a las 21:40 h.

César Adrio trabajaba en el 2015 como ingeniero en una empresa de cableado de la automoción en O Porriño, donde supervisaba tareas. Estaba casado y con dos hijos. Ese año llegó la becaria Ana Enjamio, una inteligente joven que salió de su granja de Boqueixón para estudiar ingeniería industrial en Vigo. Entablaron un romance clandestino, que alimentó rumores en la máquina del café y el comedor, donde cada trabajador lleva su fiambrera y sus cubiertos. En enero del 2016, Adrio se separó de su mujer y, en febrero, Ana y su novio Samuel rompieron. La nueva pareja convivió en secreto tres meses en un piso, pero en agosto ella llamó a su exnovio para salir como amigos.

Adrio no aceptó la ruptura. Le pidió a un colega que le enseñase a instalar un programa espía y se lo colocó en el móvil de Ana para vigilarla. Luego, la hostigó para que volviese con él. Sus amigos le advirtieron de que estaba «obsesionado» y lo animaron a «olvidarse» de ella y a conocer a otras chicas en webs de citas. En octubre, Ana y Samuel volvieron juntos. Dos días antes del crimen, la exmujer de Adrio firmó el convenio del divorcio y él confesó a una colega: «Aposté por Ana y me falló. O está conmigo o con nadie. Es una relación inacabada». En la cena navideña, la joven lo rechazó otra vez. Al día siguiente, le informaron de su muerte y contestó: «¡Qué movidón!» y se lavó cinco veces las manos. La policía lo vio «frío».

La abogada de la Xunta lo tildó de «machista» y «misógino», que perpetró un «crimen pasional de libro». Adrio insistió en el juicio en su inocencia pues nunca apareció la ropa ensangrentada y el arma homicida. La fiambrera que la policía halló en su coche solo tenía el tenedor y la servilleta.