La tromba de agua inunda bajos y daña en Pontevedra 50 coches

M. HERMIDA / E. ÁLVAREZ REDACCCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Varios puntos de Galicia superaron ayer los 55 litros de lluvia

18 dic 2019 . Actualizado a las 16:07 h.

La de ayer fue una jornada pasada por agua en Galicia, que dejó un reguero de incidencias concentradas en Pontevedra y Santiago, y que provocó también el desbordamiento del río Navia en la villa lucense de Navia de Suarna. Las localidades que más litros por metro cuadrado registraron en la provincia pontevedresa fueron la propia ciudad (55,5), Cotobade (55), Fornelos de Montes (56,6), Cuntis (53,1), Lourizán (47,7), Tremoedo (47,2) y Caldas de Reis (46,9). Rois fue el concello que más agua recogió en la provincia de A Coruña (56,6 litros), seguido de Santiago (43,2). En Lugo, Vilalba (42,5), Baleira (41,4) y Abadín (41,6) fueron los tres concellos en los que más llovió, mientras que en Ourense destaca Vilariño de Conso (52,9 litros).

Fue de madrugada cuando cayó la gran tromba en Pontevedra, que provocó un desastre descomunal en dos calles de la ciudad, Casimiro Gómez y Fernando Olmedo, donde, entre el aguacero y el desbordamiento del regato de A Seca, la vía pública quedó completamente anegada. Además, se inundaron garajes y bajos comerciales. A media mañana de ayer, bomberos y policía seguían trabajando en la zona, y el recuento de daños era ya de órdago: había al menos 50 coches inundados y con graves daños, según la Policía Local y los bomberos. En otra parte de la ciudad, en Campolongo, el recién remodelado edificio de las piscinas municipales también se inundó, según el Concello, porque hubo una arqueta que no dio abasto. El complejo deportivo tuvo que cerrar. Pero los vecinos de Casimiro Gómez y Fernando Olmedo están acostumbrados a lidiar con las inundaciones, a cuenta del regato que pasa por la zona y de que se trata de una parte baja de la ciudad. De hecho, en algunos garajes ya hay coches estacionados en plataformas de metal para evitar dejarlos a ras de suelo.

Disparados a por sus coches

Aún así, los residentes reconocen que pocas veces se enfrentaron al desastre de ayer. Y es que, aunque cuando cayó la gran tromba muchos de ellos salieron disparados de la cama para tratar de quitar los coches de los garajes, ya no pudieron sacarlos. «Llegaba el agua a la cintura, era imposible», contaba un hombre que esperaba en la acera a que los bomberos achicasen más agua para ver cómo había quedado su Peugeot. «Tiene dos años y medio, ya no me van a dar todo lo que valió. Me puedo ir olvidando», indicaba. En algún garaje aparecieron también aguas fecales, así que el olor era nauseabundo. Aunque peor lo tuvieron quienes dejaron el coche en la calle Fernando Olmedo: a media mañana se echaban las manos a la cabeza al descubrir que el agua llegaba todavía a la altura de los asientos. Los vecinos les enseñaban los vídeos que habían tomado de madrugada, cuando el agua hasta rompió las ventanas de un restaurante y se coló como un río hacia el interior. La conclusión común era clara: «Isto é un auténtico desastre, e seguro que ninguén busca unha solución».

En Santiago, los bomberos también se movilizaron en las últimas horas para achicar agua de garajes y viviendas, y despejar vías públicas por la acumulación de hojas. Desde las tres de la madrugada las salidas fueron constantes, aunque el viento perdonó. La zona de Vite de Abaixo se llevó lo peor. Los bomberos estuvieron trabajando hasta pasadas las cinco de la mañana para ayudar a los vecinos en sus viviendas. Además, los afectados denuncian que el proyecto de canalización está aprobado pero no solo no empiezan las obras, sino que las alcantarillas están sucias, no tragan agua y se producen desbordamientos. También hubo inundaciones en garajes privados de Silvouta, en Villestro, y O Son. El aparcamiento público de Salgueiriños también requirió la presencia de los bomberos, mientras que la bolsa de agua del Auditorio de Galicia volvió a dejar impracticable la vía para los conductores. En Verdía la situación fue similar, ya que tierra, hojas y agua dificultaron la circulación.