Hermes, el sistema con el que el HULA ha agilizado el flujo de pacientes

GALICIA

OSCAR CELA

El hospital lucense ha implantado un modelo de derivación novedoso y efectivo que permite apresurar la consulta con los especialistas en los casos más perentorios

15 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Con el nombre de la deidad griega Hermes, el dios mensajero, el Hospital Universitario Lucus Augusti, HULA, bautizó el novedoso sistema con el que hace poco más de un año cambió el modo en el que los pacientes que acuden al médico de familia tienen acceso al especialista del hospital. Se trata de un modelo que regula ese flujo de pacientes y que prima la equidad.

Cuando un enfermo de un centro de salud del área del hospital de Lugo necesita visitar al especialista, su médico de cabecera tiene tres formas de conducirlo al hospital. Son las llamadas vías de derivación, que se establecen en función de la urgencia del caso y en base a unos criterios claros y consensuados por especialistas y médicos de familia. Hay una vía rápida, una no presencial y una ordinaria.

Las vías rápidas del HULA ascienden a 29, tantas como servicios tiene el hospital, y abarcan un centenar de enfermedades diferentes. Cada especialidad tiene asignado un número de patologías (dos o tres) que deben ser tratadas con celeridad, como pueden ser las sospechas de cáncer. Así, cuando el paciente acude a la consulta con síntomas que encajan en alguna de esas enfermedades, su caso se agiliza.

El médico de cabecera, en esas situaciones, deriva las pruebas de las que dispone a los especialistas del hospital, que en pocos días -entre 48 horas y una semana- analizarán el caso y valorarán si ese paciente es urgente. Si la respuesta es afirmativa, se le asignará una cita rápida.

La vía no presencial, que al principio resultaba desconcertante para los pacientes, es como un sistema de consultoría entre el médico de familia y el especialista, y lo que pretende es evitar visitas innecesarias al hospital. Por ejemplo, se recurre a ella cuando es necesario ajustar un tratamiento o hay que revisar alguna prueba y lo idóneo es que las supervise el experto desde el HULA, pero no necesita ver al enfermo.

La tercera vía, la ordinaria, responde a los casos que no encajan en los supuestos anteriores. Un ejemplo es un paciente aquejado de artrosis. Aunque su patología no es urgente, se intentará darle cita en el menor tiempo posible.

Poner en marcha el nuevo concepto de derivación exigió una clara implicación tanto de los profesionales de la medicina de familia como de los especialistas. «Si alguna bondad tiene el Hermes es que se pactó, habló y discutió con los facultativos de primaria y del hospital, y no se implementó por una circular, sino que el éxito de la utilización fue ir a todos los sitios, convencer y explicar in situ a los profesionales de primaria intentando darles respuesta en el lugar en el que están trabajando», explica Ramón Ares, gerente del área sanitaria de Lugo.

Hasta la fecha, los resultados, aunque no pueden considerarse concluyentes, sí apuntan a la mejoría del sistema de derivación, repercutiendo en un menor número de urgencias hospitalarias y menos ingresos. La demanda de citas para el especialista por vía ordinaria ha disminuido un 4 %, mientras que las no presenciales han subido un 64 % y las vías rápidas un 224 % respecto a las categorizaciones previas del Sergas. «Da la sensación de que da solución a los pacientes que preocupan en atención primaria, y no ha supuesto un aluvión de peticiones de cita hospitalaria mal motivada», resume Rafa Monte, uno de los padres del sistema, cuyo reto es aumentar su utilidad, mantener la pulcritud de las vías y su eficacia.

El reto de reducir los ingresos de los pacientes crónicos

La reordenación del flujo de pacientes hacia los despachos de los especialistas no es la única batalla de Hermes. El HULA también está dando una vuelta de tuerca a la forma en la que asiste a los enfermos, intentando que la atención sea más integradora, y mejorando la manera en la que se trata a los enfermos crónicos que padecen varias patologías y que a menudo sufren varios ingresos hospitalarios al año, un perfil que abunda en la provincia lucense.

Para tratar a esos enfermos, que a menudo padecen desestabilizaciones que les llevan a urgencias y a ingresar repetidamente, apostaron por un programa de asistencia compartida en el que los doctores de familia y los especialistas colaboran mano a mano supervisando a los pacientes con la ayuda de la enfermería, que tiene un papel fundamental. De este modo, al igual que un paciente tiene un médico de referencia que conoce bien su caso en el centro de salud, también lo tiene en el hospital. Cuando ese enfermo crónico sufre una recaída, contacta directamente con una enfermera gestora de casos -que sirve de nexo entre el médico de familia y el especialista- y le indica cómo actuar. Así, evita tener que pasar por urgencias. Hasta la fecha, esto funciona con las áreas de Neumología, cuyo servicio fue el germen del proyecto, Medicina Interna y Geriatría, y está estrechamente relacionado con el hospital de día de procesos, una alternativa a la hospitalización bendecida por pacientes y facultativos.

Es en él donde se atienden esos casos frágiles y recurrentes y se les da la medicación e indicaciones necesarias sin necesidad de que tengan que hospitalizarse.

Un programa para los pacientes del rural y una unidad de insuficiencia cardíaca

La asistencia compartida entre el médico de atención primaria y el especialista en el caso de los pacientes crónicos complejos es una de las herramientas del HULA en su reto por mejorar la atención y evitar la hospitalización repetitiva, pero no la única.

Para cuidar a esos pacientes crónicos pluripatológicos, en atención primaria tienen alternativas como la teleasistencia o el programa Ariadna, una iniciativa que funciona en cuatro centros de salud de diferentes zonas rurales de la montaña y que se basa en cuidar al paciente, incluso a domicilio, pero también en enseñarle a manejar su enfermedad y los autocuidados. El personal de enfermería es el encargado de coordinar a los implicados, tanto sanitarios como de servicios sociales. En la actualidad funciona con 156 pacientes cuya media de edad es de 80 años.

Dentro del programa de asistencia compartida, el HULA cuenta con Neumología, Geriatría y Medicina Interna trabajando mano a mano en el hospital de día de procesos, y de esta última especialidad depende la unidad dedicada a la insuficiencia cardíaca, la enfermedad que más ingresos produce en todo el país.

En esa unidad tratan a pacientes con varias enfermedades que requieren una atención especial y sobre todo intentan ir por delante de la patología. En el HULA, comparativamente con otros centros vecinos como pueden ser Ferrol, A Coruña, Santiago u Ourense, observan que se reducen los reingresos en un 33 %.

El programa Artai, enfocado a la asistencia a pacientes que viven en geriátricos, es otra de las medidas por las que apuesta el hospital lucense. El próximo reto del programa Hermes es ordenar el flujo de pacientes desde urgencias a las consultas del especialista.