Jose Antonio Gómez: «Hasta el Rey me llamó Joselito»

GALICIA

CAPOTILLO

El ex patrón mayor de Portonovo sigue acercándose por la cofradía aunque dice que ahora, jubilado, disfruta más de sus nietos y de la partida al subastado

29 nov 2019 . Actualizado a las 08:57 h.

Hace algo más de un año que José Antonio Gómez, Joselito, (Portonovo, 1952) está jubilado. De la pesca desde luego; y de sus responsabilidades en la federación de cofradías, también. ¿Y dónde creen que me cita? En la cofradía, claro: «Es que tenía que traer unos papeles». Habla mucho y tiñe todo el discurso de un talante amistoso y didáctico que explica su liderazgo.

-La verdad es que a un señor jubilado, llamarle Joselito, da no se qué.

-Me llaman así desde niño, quizás por el cantante. Y es verdad que, cuando fui patrón mayor y antes, había gente que le daba un poco de reparo llamarme Joselito, pero hasta el Rey me llamó Joselito. Ahora le llaman así a mi hijo.

-Está jubilado pero sigue viniendo por aquí.

-De vez en cuando. Siempre hay cosas que me preguntan, alguien que me llama....

-Usted era pescador.

-Sí. Primero fui marinero, luego tuve mi propio barco y en los últimos años me dediqué a la cofradía y a la federación.

-Eso es política.

-No, no. Yo en política nunca me he querido meter.

-Bueno, es otra forma de hacer política.

-Cuando yo entré de patrón mayor, en 1996, las cofradías estaban un poco desconectadas de la sociedad, pero hubo un hecho que lo cambió todo: el Prestige. Aquello nos revolucionó. Nos metimos en una aventura que desconocíamos.

-Así que el Prestige no solo dejó chapapote, también otras consecuencias positivas.

-Yo le saqué varias. Y pudimos sacar más. Aquello supuso una parada biológica que no supimos aprovechar.

-Usted ya pescaba desde muy pequeño.

-En mi casa siembre hubo barco y tenía mucha facilidad para acceder. Salía del colegio e iba al muelle. Mi padre me llevó al mar con 9 años. Pero, si no había colegio, me escondía en el barco y no salía hasta que estábamos en alta mar. Una vez mi madre me estuvo buscando todo el día y estaba en el barco.

-Ha cambiado mucho la pesca.

-Hay un abismo de entonces a hoy. Cuando yo empecé se pescaba por intuición. Nos fijábamos en las gaviotas, en las corrientes... Ahora no se mueve un puñadito así de pescado [junta las manos] sin que un aparato lo detecte.

-Lo malo es que ahora hay menos pescado.

-Lo que no hay son secretos donde pescar. Aquí decimos: «A chorar a Cangas». Siempre decimos que pescamos poco, que pasamos fame e frío... Y a veces es verdad. Lo que pasa es que, cuando aparece el pescado, pescamos demasiado. Hoy en día hay veinte veces más presión sobre el recurso que cuando yo empecé. O nos regulamos mejor o nos espera un mal camino.

-Hay una frase muy corrida que dice que el mar es de todos.

-En el sentido del ocio, sí. En la pesca o el marisqueo, no.

-¿Cómo se llamaba su barco?

-El Halcón.

-¿Por?

-Cuando lo hice era muy popular el programa de Félix Rodríguez de la Fuente, que hablaba del halcón peregrino... Me gustó aquello.

-¿Recuerda cómo aprendió a nadar? ¿Fue por el viejo truco de lanzarlo al mar y sal como puedas?

-No, ja, ja. Así lo hizo una hija mía. Cuando tenía 8 años me dijo: «Papá, ya sé nadar». Y se lanzó al agua. Menudo susto me dio. Yo aprendí en la playa. Era de playa diaria, en el verano sobre todo. Siendo un poco más mayor recuerdo que íbamos a las marmotas.

-¿A las marmotas?

-Sí, de aquellas ya había mucho turismo. Muchas familias venían y pasaban un mes o más. Y todas traían sus criadas. Esas eran las marmotas, con la cofia, el mandil, paseando el niño...

-Iban a ligar.

-Sí claro, ja, ja. Yo tenía una chalana que era de mi padre y paseíto para aquí y paseíto para allá.

Pinto & Chinto

-Así que el turismo en la zona es muy antiguo.

-Yo fui un pionero, de los primeros en hacer turismo marinero. Mi padre tenía un barco viejo y el gasoil estaba a seis pesetas el litro (0,036 euros). De aquella no había barcos de pasaje y había gente que te pedía que los llevaras a Ons, siempre por amistad. Hasta que empezaron a ser demasiadas peticiones. Así que, con 17 años, ya manejaba el barco solo y llevaba entre 10 y 15 personas. Me ganaba entre 1.500 y 2.000 pesetas al día. Mis padres me daban 50 o 100 pesetas para ir al cine, así que yo era el rey del mambo. Imagínese: el cine valía 12 pesetas.

-¿Nunca pensó en dedicarse a otras cosas?

-Sí, y de hecho pude hacerlo.Incluso económicamente eran cosas  mucho más rentables. Pero me tiró quedarme en el mar. Estuve en plataformas petrolílferas durante cuatro campañas en el Mar del Norte. Y se ganaba un montón de pasta. Empecé de camarero y a los quince días estaba de marinero capitán. Pero a mí me gusta la pesca y nunca me consideré un depredador.

-Ya veo. Mire, usted acaba de recibir de manos del Rey la Orden del Mérito Civil.

-Fue una sorpresa tremenda. Cuando me avisaron no lo creía. Ya lo he dicho muchas veces, pensé que me estaban vacilando. Fue un día muy bonito. No sé por qué me la dieron, pero le puedo decir que nunca hice un enemigo en el mundo de la pesca.

-¿Celta o Dépor?

-Celta.

-¿Como se definiría en pocas palabras?

-Sobre todo, no soy rencoroso. Positivo en todos los aspectos y creo que soy noble. A veces demasiado, incluso algo ingenuo.

-Jubilado, disfrutará más de los nietos.

-Sí, tengo seis. Voy a verlos jugar al fútbol. Y juego con ellos. Del resto, soy corredor de bolsa.

-Ya, la bolsa de la compra.

-Si, ja, ja. Mi mujer también se ha jubilado y organiza todos los viajes. También me gusta jugar la partida con los amigos. Lo hago todos los días.

-¿Cuál es su pescado favorito?

-El jurel.

-¿Cocina algo?

-Algo si. Antes me gustaba más, pero aún tengo una competición con amigos a ver quién prepara el mejor guiso de choco y suelo ganar yo.

-¿No ha vuelto a navegar, por placer?

-No. Una vez Pedro Campos me invitó a llevar un velero. Eso es otra cosa. Todo en silencio. Eso sí me gustaría repetirlo. Pero a motor, no.

-Dígame una canción.

-Uf. Yo, en la música, soy muy romántico... Puente sobre aguas turbulentas, de Simon & Garfunkel.

-¿Qué es lo más importante en la vida?

-Ser feliz con lo que tengas a tu disposición. Para ser feliz no hace falta mucho dinero.