Los forenses avalan que el Chicle usó su fuerza para asfixiar a Diana con la brida

j. R. / a. Sevilla SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

M.MORALEJO

Ven «imposible» que la matara accidentalmente, en segundos y con dos dedos

20 ene 2020 . Actualizado a las 13:52 h.

-¿Pueden decirnos la causa de la muerte?

Las respuestas de los forenses, a la pregunta concreta de la Fiscalía, suponen la puntilla procesal para el autor confeso del crimen de Diana Quer: «El estrangulamiento con la brida y la fractura del hioides [hueso de la garganta]»; «La brida tenía una circunferencia de 9 centímetros y en el saliente unos 47»; «La circunferencia encaja sin ninguna duda con el diámetro del cuello, también entró un buen mechón de pelo». «El hioides presentaba los bordes fracturados, irregulares y una línea compatible con una fractura. Esa fractura se produjo casi seguro estando con vida, pero muy próxima a la muerte». «Resulta muy complejo romper accidentalmente un hioides, he hecho muchas autopsias de suicidios y casi nunca se rompe. En el caso de la víctima Diana resulta más difícil todavía por la flexibilidad de sus huesos por la juventud que tenía».

«También están las vértebras, de la C1, debajo del cráneo, hasta la C7, con lesiones solo en la parte externa, son avulsiones, pequeños arrancamientos de huesos, músculos y cartílagos». «Se encontró la brida en el pelo, así que se supone que fue la causante con el factor mecánico que eso provoca». El factor mecánico, la fuerza bruta, se atribuye en su vasta totalidad a José Enrique Abuín Gey. Él mismo lo confesó en su declaración: «Teño moita forza, con dous dedos ata podo levantar o meu peso». Luego, buscando el enésimo engaño, añadió: «Le eché la mano derecha al cuello sin darme cuenta de que hacía fuerza, se fue para atrás, y con la otra mano le agarré la cabeza. Se quedó con los ojos abiertos, le golpeé la cara dos o tres veces y no respondía, estaba muerta».

Sin argumentos

Los mismos ocho forenses del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) que participaron en las autopsias lo demostraron ayer con hechos. «Él dijo en la reconstrucción del crimen [junio del 2018] que tardó entre 20 y 30 segundos en matarla, y eso es imposible. Necesita mínimo cinco minutos». «Los bloques que cargó pueden hundir hasta tres cuerpos». Incluso por la presencia de insectos en el pozo se puede concluir que volvió a los 20 días para comprobar que su crimen caería en el olvido. Concluyen igualmente que la versión de Abuín resulta «casi imposible» de creer, por lo que el único acusado se acerca cada vez más a la condena por dos de los tres delitos que se le atribuyen.

El de privación de libertad habría quedado probado el miércoles al constatarse que Abuín asaltó a Diana en la calle Marlés. También el de asesinato, al probarse clínicamente el uso de la brida aplicando la fuerza bruta necesaria. Se recordó que el cadáver no presentaba lesiones en las piernas u otras extremidades, provocadas por un accidente de tráfico. Esta fue la versión que el acusado aportó inicialmente al ser detenido el 29 de diciembre del 2017. Luego guardó silencio hasta conocer el resultado de la autopsia. Decidió entonces abrazar la nueva coartada de la muerte accidental y el robo de gasoil, desmontada ayer en su presencia. Pero el relato de los forenses dio para mucho más. Sobre todo al valorar el efecto de la saponificación del cuerpo: «Resulta imposible encontrar restos de prácticamente nada, por eso no aparecieron en la brida, pese a estar en contacto con el cuerpo durante 496 días. El agua está en circulación, no estancada, y eso hace un efecto de lavado que fue continuo».

Abuín seguía ayer escondido tras la misma pantalla de ordenador de todos los días. Encorvado, con los brazos cruzados y la vista clavada en la mesa fue oyendo las pruebas periciales que lo comprometen cada día más. Delante, su abogada, que chocó ayer nuevamente con testigos por el tono de sus preguntas, repetirlas o no plantearlas con precisión. Lo mismo le ocurrió con el magistrado Ángel Pantín.