Vox eclipsa el debate en el Parlamento de Galicia

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO

GALICIA

Paco Rodríguez

La oposición utiliza las preguntas a Feijoo sobre violencia de género o servicios públicos para vincular al PP con la extrema derecha

21 nov 2019 . Actualizado a las 00:43 h.

No tiene ni un solo representante político en las instituciones gallegas, pero Vox ya está presente por activa y por pasiva en el Parlamento de Galicia. El avance de la extrema derecha en las últimas elecciones y los acuerdos que mantiene el PP en algunas comunidades y ayuntamientos han sido utilizados por los tres partidos de la oposición en Galicia como argumento de fondo para vestir sus tres preguntas orales al presidente Feijoo, que inicialmente deberían versar sobre la violencia de género, los servicios públicos o la brecha salarial entre hombres y mujeres. 

Es habitual que los portavoces parlamentarios del Gobierno y de la oposición utilicen sus turnos de pregunta y réplica para introducir temas de actualidad, pero esta vez fue el presidente de la Xunta el que se esforzó por llevar el debate hacia la temática prevista, para la que suele argumentar con datos oficiales y referencias al bipartito. Pero esta mañana necesitó sacudirse por tres veces las acusaciones de «complicidade» de los populares con los pactos con Vox, que atentan, según Ana Pontón (BNG), contra las políticas de género. Por su parte, Gonzalo Caballero (PSdeG) denunciaba que «vostede xa ten un acordo coa ultradereita» para seguir en la Xunta si el PP no alcanza la mayoría en las próximas autonómicas. Esta supuesta alianza también le sirvió a Antón Sánchez (Grupo Común da Esquerda) para advertir «dun problema que non é menor e que vostede non denuncia», en referencia a iniciativas que están tomando otros parlamentos autonómicos a instancias del partido que lidera Santiago Abascal. 

Feijoo buscó explicaciones para esta coincidencia argumental de sus adversarios. A la portavoz del Bloque le dijo que si los nacionalistas han conseguido un diputado en Madrid fue precisamente por darle aire a Vox y dividir el voto de centroderecha. Antes, la expresión de Feijoo «as nosas mulleres, fillas e nais» fue calificada de «machista» por Pontón, que señaló que este tipo de frases implantadas en la sociedad son las que evitan que se avance en la lucha contra la violencia. El presidente, por su parte, lamentó que la líder del BNG trate de patrimonializar los problemas de las mujeres, y apeló a la representación de su partido y al trabajo de la última década para hablar con autoridad de esta lacra social. 

Con Gonzalo Caballero buscó más la erosión política, porque tras el reconocimiento al futuro senador Fernández Leiceaga aseguró que estaba «encantado» de que él sea el secretario general del PSOE, en la medida en que ya piensa que el PP seguirá gobernando gracias a pactos con otras fuerzas. El socialista, que también acusó a Feijoo de ser un «inimigo» do público y de tener a Vox como «socio», recibió también como era de esperar una respuesta con mención al caso de los ERE en Andalucía y, de nuevo, volvió a reprochar al PSOE «o maior recorte social» de la historia de Galicia por el impago de 700 millones de euros que el Estado le debe a la comunidad autónoma. Con el portavoz rupturista, Antón Sánchez, la respuesta política de Feijoo apuntó hacia Venezuela, al chavismo y al Partido Comunista, del que dijo sentir nostalgia histórica por su «coherencia» en los planteamientos respecto a España como nación o el respeto a la Constitución. «Si, señor Lago, non baixe a cabeza», le dijo al primer portavoz del grupo, que tuvo vínculos políticos con Izquierda Unida en el pasado.