El infortunio se cierne sobre los marineros: las redes capturan chapapote

La Voz REDACCIÓN

GALICIA

Los marineros de Porto do Son regresan a puerto con las redes inutilizadas
Los marineros de Porto do Son regresan a puerto con las redes inutilizadas SIMON BALVIS

Varias embarcaciones de Portosín y Muxía que salieron a faenar de noche regresaron a puerto con los aparejos impregnados por el negro combustible

19 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Redes inservibles e impregnadas de chapapote. Esa fue la dramática consecuencia que trajo a una flota de Fisterra y a otra de Barbanza la aventura de faenar a ciegas en los mares salpicados por la marea negra. La noche confundió a algunos pescadores de Portosín, primero, y de Muxía, después, quienes no se percataron de que habían largado sus aparejos en sendas zonas tintadas por el fuel del Privilege.

Como cada jornada, los 14 barcos del cerco que forman parte de la cofradía barbanzana de Portosín zarparon para trabajar el lunes en torno a las cinco y media de la tarde. Su lugar de operaciones abarca la franja de agua comprendida entre los cabos Corrubedo y Fisterra.

Importantes pérdidas

Dado que aún no existían indicios claros de que el fuel hubiese llegado a la zona de Montelouro, dos embarcaciones cometieron la osadía de echar las redes en esa zona de Muros. Consecuencia: tanto el Montserrat V como el Graciana perdieron unos aparejos valorados en 30.000 euros (unos cinco millones de pesetas). Para más inri, los marineros tuvieron que devolver al mar capturas de jurel que Gonzalo Pérez, patrón mayor de la cofradía, calificó de muy abundantes, por valor de entre 3.000 y 4.000 euros, según sus cálculos. Más suerte tuvieron los cerqueros de la localidad ribeirense de Aguiño, que faenan en la misma zona que los de Portosín. La demora en su llegada al caladero les hizo descubrir a tiempo el infortunio de sus vecinos sonenses. Avisados, los marineros decidieron regresar a puerto sin más dilación que la del tiempo empleado en hacer girar sus embarcaciones. Ningún barco del cerco con base en la península barbanzana se atrevió a salir ayer a navegar.

Redes y marineros manchados de chapapote en Porto do Son
Redes y marineros manchados de chapapote en Porto do Son Simón Balvís

Gafe en Fisterra

Si los marineros de más al sur de la provincia de A Coruña empiezan a experimentar las primeras secuelas de la marea negra, lo de quienes viven del mar en Muxía parece cosa de un maleficio. Ni siquiera el que los palangreros de la localidad fisterrán se hubieran desplazado hasta aguas próximas  a la comarca de Ferrol para faenar les impidió librarse de las ennegrecidas garras del Prestige. La flota del palangre recaló en la zona de Praia Nova, a 24 millas de las costas ferrolanas, para largar el aparejo durante la madrugada de ayer. Pero, una vez más, la noche jugó una mala pasada y, en lugar de los ansiados peces, se toparon con las redes impregnadas de fuel. La maldición se hizo extensible a un barco de arrastre procedente de las Rías Baixas que, poco después del mediodía de ayer, arribó al puerto de Muxía para efectuar la descarga. Los tripulantes manifestaron que el cope del aparejo —la parte más espesa de la red de pescar— estaba manchada del consabido combustible. También tuvieron una sorpresa desagradable algunos mariscadores de Laxe que se dedican a la captura de centollas. Sus trasmallos estaban situados a unos treinta metros de profundidad, donde se supone que el veneno del petrolero difícilmente puede hacer acto de aparición. Pero esto no fue obstáculo para que tanto el crustáceo capturado como el instrumento de su captura estuvieran, como dice la macabra canción de los Rolling Stones, pintados de negro.