La descoordinación marca una tensa jornada de movilización social

La Voz REDACCIÓN

GALICIA

ANA GARCIA

Muchos marineros asumieron la función de desplegar los medios contra la contaminació

17 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El fuel pinta de negro las rocas y el futuro de mariscadores y marineros de la Costa da Morte.

El mar se encarga hora a hora de convertir en inútiles los intentos de evitar el desastre natural. La principal muestra es la barrera colocada en el estuario del Anllóns, que ya se rompió en dos ocasiones. El macabro espectáculo del litoral agredido atrajo ayer a numerosos curiosos y a pescadores malhumorados por la descoordinación de los equipos que tenían que evitar los efectos de la contaminación.

Dos patrullas se encontraron en Balarés sin saber qué hacer Mucha gente protesta contra la información oficial. En Camariñas están convencidos de que se tomaron medidas para proteger A Coruña antes que su pueblo. Por pistas de Bergantiños deambulaban apresurados coches con anagramas de la Xunta cuyo destino era confuso.

Algunos equipos de trabajadores de Medio Ambiente viajaban en vehículos todoterreno por caminos y arenales sin un objetivo concreto. A las doce del mediodía, dos patrullas de trabajadores llegados de fuera de la comarca se encontraron en Balarés (Ponteceso) sin saber qué hacer. «Pola tarde xa o saberemos», decía uno, mientras encargaban unos bocadillos calientes para almorzar.

Un anciano mirando en Malpica la profundidad de la capa de fuel del Prestige
Un anciano mirando en Malpica la profundidad de la capa de fuel del Prestige ANA GARCIA

Casi una hora después, uno de los dos equipos estaba en Cabana aún sin una orden determinada.

En Canduas (Cabana), el fuel logró superar las barreras. Ayer al mediodía, tres jóvenes miembros de Protección Civil y de la Cruz Roja bajaban sudorosos de una zódiac para ayudar a tres operarios que descargaban más barreras de un tráiler con matrícula de Zaragoza. Los socorristas olían a gasolina y estaban manchados de petróleo. No sabían decir cuánto, pero aseguraron que el fuel había superado las barreras fijadas a la entrada del estuario del Anllóns. Por la tarde, la protección no soportó de nuevo la presión. Una de las cadenas que la aguantaban rompió y fue necesario reponerla. 

La presidenta de la asociación de mariscadoras de Cabana estaba el sábado muy molesta con Salvamento. Su marisco no estaba a salvo. Tampoco la representante de las productoras de Baldaio tenía garantías de que las áreas de moluscos puedan librarse. Llevan dos años cuidándolo para explotarlos. 

Las barreras no sirven para evitar la pérdida de los bancos de percebe de la zona. Las que instalaron en la playa de Lago, entre Muxía y Camariñas, fueron a parar a las rocas. Las colocadas en el puerto camariñán no impidieron la fuga de fuel por los bordes y las que llevaron para Lorbé se rompían.

Imagen del museo de Man, en Camelle, afectado por la marea negra
Imagen del museo de Man, en Camelle, afectado por la marea negra ANA GARCIA

En Camariñas fue requerida la ayuda de más de una decena de marineros para poner en marcha el dispositivo. El sábado, los trabajadores del pósito pasaron casi todo el día sin comer. Finalmente, el concello tuvo que pagar la manutención de los operarios ocasionales.

En Santa Mariña, Camelle y Arou, tres poblaciones camariñanas, esperaban infructuosamente a que alguien retirase el fuel acumulado en las furnas. 

Varios hombres trabajan en Corme para colocar las barreras anticontaminación
Varios hombres trabajan en Corme para colocar las barreras anticontaminación ANA GARCIA

En Corme los marineros ayudaron ayer a poner flotadores. Ya los había junto a las bateas. A las dos de la tarde llegaron al pueblo dos camiones con más protección. Venían escoltados por la Guardia Civil. Uno de los vehículos estaba rotulado con el nombre de una conocida marca de leche. Un conductor aseguraba que las barreras no iban a servir de nada. «Cada unha vale 20 millones de pesetas. Era mellor que llas deran ós mariñeiros», decía el hombre visiblemente agotado.