Empleo y acceso a la vivienda, retos en la inclusión de la población gitana

Mónica Pérez Vilar
MÓNICA P. VILAR REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

David y Blanca, trabajador y usuaria de los programas de la Fundación Secretariado Gitano en su sede de A Coruña
David y Blanca, trabajador y usuaria de los programas de la Fundación Secretariado Gitano en su sede de A Coruña ANGEL MANSO

La estrategia autonómica 2014/2020 deja importantes avances en el área educativa

11 nov 2019 . Actualizado a las 16:34 h.

Son el 0,5 % de la población gallega. El equivalente al número de residentes en municipios como Ordes o Betanzos. Pero la situación de las 13.000 personas gitanas que residen en Galicia todavía presenta luces y sombras. Así lo muestra el informe de evaluación de la Estratexia de Inclusión Social da Poboación Xitana en Galicia 2014-2020.

Su puesta en marcha ha logrado avances: «Identifícanse melloras en todos os eidos. Nos últimos 20 anos as persoas xitanas accederon á educación de maneira normalizada e cada vez máis ao emprego por conta allea. Todo iso supuxo un cambio significativo nas súas vidas», explica Eva Vera, directora territorial de la Fundación Secretariado Gitano (FSG) en Galicia. Pese a ello, la desigualdad continúa.

Según el informe, dos de cada tres personas gitanas (el 66,3 %) recurre a los servicios sociales. Si se toma como referencia la población gallega en general, el porcentaje es del 17 %, lo que da idea de la mayor vulnerabilidad del colectivo. Más de la mitad de los romaníes que acuden a los servicios sociales lo hacen buscando apoyo para su inserción sociolaboral. «A taxa de paro entre a poboación xitana triplica á da poboación xeral. E o 70 % das persoas xitanas en situación de desemprego son parados de longa duración», apunta Vera. Señala, además, que las escasas y precarias ofertas laborales dificultan que puedan dejar de depender de ayudas como la Risga. «Depender dunha axuda non é fácil, dana moito a autoestima, pero se a deixan para traballar unha temporada pequena, logo tárdase bastante en volver activala, así que non todo o mundo pode permitirse ese luxo», aclara la representante en Galicia de la FSG.

Por todo ello, el acceso al empleo es una de las ramas en las que hace hincapié la estrategia gallega. Aumentar el nivel de empleabilidad de las personas gitanas, lastrado por la falta de formación y de experiencia, y erradicar prejuicios entre los empleadores son dos tareas principales.

El área educativa acumula, a la vez, importantes avances e importantes cuestiones pendientes. Por un lado, se han registrado grandes mejoras en los niveles de escolarización -«Podemos falar dunha situación normalizada en infantil, primaria e secundaria», apunta Vera-. Por otro, el fracaso escolar continúa siendo el gran reto. Seis de cada diez estudiantes romaníes terminan la ESO sin haber obtenido el título. Un fenómeno que para la Fundación Secretariado Gitano es imprescindible atajar: «Hai que combater ese fracaso escolar porque a educación é o motor de cambio para calquera sociedade».

Vera marca otro reto pendiente: terminar con el fenómeno del chabolismo, residual en el resto de España, pero que persiste en Galicia. Señala que el acceso a la vivienda, convertida para muchos colectivos sociales en un «ben inaccesible» por la actual subida de los alquileres, suma en el caso de la población gitana las dificultades derivadas de una «falta de empatía» de los alquiladores, alimentada por prejuicios y falsos estereotipos.

Sin avances claros en participación social y en mejora de la imagen

«Non se perciben avances no papel que xogan os xitanos e xitanas na sociedade, nin na imaxe secularmente negativa que a sociedade maioritaria ten do pobo xitano». Así de rotunda es la conclusión del informe de evaluación de la estrategia gallega. Por ello, el documento aboga por reforzar el papel promocional de las políticas sociales dirigidas a este colectivo, llevándolas más allá del enfoque asistencial. «Hai que dar visibilidade a máis referentes positivos da comunidade xitana e hai que fomentar nela o asociacionismo», resalta Eva Vera, que aboga por la aparición de nuevos liderazgos alejados de los estereotípicos referentes actuales, que permitan mostrar la heterogeneidad del pueblo romaní.

Escuchar a la propia población gitana a la hora de determinar sus necesidades y definir los siguientes pasos de las políticas de inclusión es otra tarea pendiente. La realización de encuestas, actualmente muy escasas, es una de las posibles herramientas. Con todo, la evaluación reconoce que los recursos para realizar programas o actuaciones realmente específicas son insuficientes.

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13.000 personas

Población gitana en Galicia

Representan el 1,7 % de las 750.000 personas gitanas que residen en España

66,3 por ciento

Accede a Servicios Sociales

Dos de cada tres personas gitanas recurren a ellos, lo que denota mayor vulnerabilidad

4.700 usuarios

Buscan inserción sociolaboral

El 55 % de las personas gitanas que acuden a servicios sociales busca este apoyo

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El hijo de Blanca está a punto de obtener el título de la ESO
El hijo de Blanca está a punto de obtener el título de la ESO ANGEL MANSO

BLANCA BARRUL (42 años): «Antes pocos padres nos llevaban al colegio. Yo quiero que mi hijo estudie»

José Antonio, el hijo de Blanca, acaba de cumplir los 17. Con toda probabilidad este curso aprobará la ESO. Su madre no puede estar más orgullosa de él. «Toda la familia lo está», dice con una sonrisa. Ella tiene mucho que ver en ese éxito porque siempre le ha insistido en la importancia de que estudie. «Quiero que tenga un futuro, que no dependa como yo de una ayuda. A mí me gustaba demasiado la calle y solo fui al colegio hasta quinto de EGB. Antes no se daban cuenta de que nuestro futuro iba a ser mejor si estudiábamos, pocos padres nos llevaban al colegio», recuerda.

Con ayuda del programa Promociona (una iniciativa de apoyo y orientación educativa de la FSG) su hijo fue mejorando en los estudios. Y ya tiene clara su vocación: «Desde pequeñito quiere ser policía. A mí me gustaría que siguiera estudiando pero igual ya se pone a preparar eso. Dentro de poco tiene una charla con un policía local para que le explique cómo es su trabajo», cuenta Blanca.

Ella, que está haciendo un curso de paquetería, tiene sus propios planes: «A ver si me saco la ESO», dice con timidez. Asegura que los tiempos han cambiado: «Hay una mentalidad un poco más abierta, ya no nos desprecian tanto». Queda mucho por hacer.

La joven trabaja en un local de comida rápida en Santiago
La joven trabaja en un local de comida rápida en Santiago PACO RODRÍGUEZ

MIRELA MICHALACHE (21 años): «¿Vivir de ayudas? No se lo aconsejo a nadie. No me gusta depender»

Tiene 21 años, dos hijos de 4 y 6, y mucho coraje. De origen rumano, Mirela vive en Santiago desde que tenía 12 años. Allí estudió Primaria, pero su primer embarazo le hizo abandonar los estudios en 3.º de ESO. Trabajó sin contrato, con jornadas muy superiores a las ocho horas diarias y pésimas condiciones. Y supo lo que es tener que depender de las ayudas sociales: «No le aconsejo a nadie vivir de ayudas. A mí no me gusta depender de nadie», explica. Así que se esforzó por lograr una oportunidad laboral. Tras varios cursos y a través del programa Acceder de la FSG, acabó haciendo prácticas en un restaurante de la cadena VIPS. Sus jefes no dudaron en contratarla. «Confiaron en mí y ahora ya no son compañeros, son mi familia», cuenta ilusionada. «Ambas partes ganamos. El nivel de compromiso de quienes llegan a través del programa de contratación para personas en situación de vulnerabilidad es altísimo», explica María Escribano, responsable de Sostenibilidad del Grupo Alsea, al que pertenece la marca.

Mirela mira al futuro con buena cara. Ahora su currículum la avala: «Te piden experiencia ¡pero cómo voy a cogerla si no me dan oportunidad!», reivindica. Su siguiente reto: más tiempo para sus niños y volver a estudiar.