Los estudiantes de Medicina, en huelga contra la sobrecarga de la carrera

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

En una reunión improvisada, el decano reconoció compartir buena parte de las reivindicaciones estudiantiles. A pesar de los avances en la negociación, se mantuvo el encierro nocturno en la Facultad en el que participaron hasta 100 estudiantes

06 nov 2019 . Actualizado a las 10:02 h.

A media mañana de ayer, la Facultad de Medicina de la USC se fue a negro. De negro iban vestidos cientos de estudiantes, que iniciaron una huelga para exigir cambios organizativos en la carrera. Las jornadas de hasta 11 horas de clase en un día y 46 a la semana, la incompatibilidad horaria que hace imposible asistir a todas las asignaturas, las ausencias docentes y otra serie de problemáticas, como la imposibilidad en muchas ocasiones de hacer los exámenes en gallego, han llevado al alumnado a decir basta. Basta gritaron a las 11.30 horas en una multitudinaria sentada en las escaleras de la facultad, la única de Galicia, que sirvió para hacer visible una serie de reivindicaciones que llevan haciendo los estudiantes desde hace años, pero que hasta ahora no habían cristalizado en una masiva protesta como la iniciada ayer por la mañana y que tuvo continuidad hasta la noche. De hecho, hasta 100 estudiantes durmieron en la Facultad. 

Basta gritaron también a última hora del martes, justo cuando el decano cruzaba la puerta del centro para reunirse con los delegados de cada curso e intentar buscar soluciones. El alumnado quería salir con un compromiso por escrito de la solución de las problemáticas más urgentes, fundamentalmente las que tienen que ver con la excesiva presencialidad y el solapamiento horario de las distintas asignaturas. «Despois está o tema das prácticas. Temos prácticas que son inútiles e en quinto, por exemplo, hai xente que se ten que ir a Noia, a Rianxo ou a Ribeira», explicaba una de las representantes de la Asemblea Aberta de Medicina, el colectivo que ha organizado esta protesta.

Quieren un compromiso que además ponga plazos. Y también quieren que se fije una nueva reunión dentro de un tiempo para revisar el cumplimento de los acuerdos que a esta hora están poniendo sobre la mesa y para lo que cuentan con apoyo estadístico. Han realizado una encuesta anónima en los distintos cursos y en ella han participado más de 700 personas. Prácticamente la mitad han reconocido que han valorado dejar la carrera por puro agotamiento y casi el 70 % afirma que han sufrido algún ataque de pánico o ansiedad desencadenado por los estudios. Apenas el 16 % dice acudir a todas las clases y el motivo más habitual es que tienen la sensación de que no están aprovechando el tiempo. De hecho, hay quien reconoce que no va a clase para tener más tiempo para estudiar.

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El decano, Julián Álvarez, siempre se ha mostrado dispuesto a dialogar, pero afirma que algunas de las reivindicaciones estudiantiles no pueden ser resueltas desde el decanato, ya que las competencias en materia docente son exclusivas de los departamentos. A las 14 horas cruzó la puerta de la facultad y allí, en el mismo hall, se celebró una reunión improvisada, en la que Álvarez Escudero reconoció que «hay una parte importante de las reivindicaciones en las que estoy absolutamente de acuerdo con vosotros», pero que «los tiempos de los estudiantes son distintos de los tiempos admnistrativos y a veces modificar cosas cuesta mucho». 

El decano se dirigió así a cientos de estudiantes que lo recibieron al grito de «decano, escoita, Medicina está en loita» y que a continuación escucharon lo que Álvarez Escudero tenía que decir. «Van a seguir las puertas abiertas permanentemente para buscar soluciones, pero también os adelanto, lo óptimo al 100 % en medicina no existe [...] Habrá cosas que podremos solucionar y otras que no». Álvarez Escudero comparte la opinión de que hay una excesiva presencialidad en ciertas áreas, por ejemplo, pero reconoce que la organización de las materias entra dentro de la liberta de cátedras -al igual que fijar los sistemas de evaluación- y que solo desde el decanato no se pueden hacer cambios.

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«As comisións docentes sempre rematan igual», sin soluciones concretas, le reprochaba uno de los alumnos concentrados a las puertas de la facultad al decano, que a esta hora participa en la reunión con el alumnado. Los delegados de cada curso fueron vitoreados mientras se dirigían a la sala de profesorado para poner sobre la mesa sus reivindicaciones.

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Al mediodia comenzó una maratoniana negociación, que seguía pasadas las 21 horas. Hubo importantes y puntos de acuerdo inicial. El decanato se ha comprometido a revisar la descentralización de la rotación obligatoria de atención primaria, una de las principales reivindicaciones estudiantiles. Según confirmaron en una asamblea que se realizó en un abarrotado salón de actos, las alternativas que se han puesto sobre la mesa son que el radio de descentralización sea menor (en la actualidad se están desplazando incluso hasta Ribeira) o que se estudien ayudas para los traslados.

En cuanto a la presencialidad. También hubo acuerdo, con lo que se intentará reducir la cantidad de horas de clase y que se potencie el trabajo autónomo.

Se llegó a la conclusión de plantear en la comisión permanente de hoy (en la que están representados los departamentos) que se mantenga en el expediente el 7 en las asignaturas en las que se exija esa nota para aprobar. Hasta el momento, ese 7 se traducía en un 5, algo que los estudiantes consideran injusto con respecto a otras facultades y a la hora de hacer el MIR. Se ha llegado a plantear, siempre según la versión que se ha trasladado en la asamblea, que se haga una revisión de calificaciones con carácter retroactivo, aunque no está confirmado que sea posible.

Otro de los acuerdos fue el de intentar homogeneizar la materia, independientemente de la cátedra, y se ha planteado y también mantendrá los sábados como posible fecha de examen para intentar aliviar el solapamiento.

A pesar de los avances, se mantuvo el encierro previsto para la noche en la Facultad, en la que durmieron hasta 100 alumnos.