Con la llegada de Zapatero a la Moncloa continuaron las dilaciones. Ya lo advirtió su ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, utilizando un ejemplo muy doméstico: «Los albañiles entran en casa, pero nunca sabes cuándo van a salir». Así que echó encima del AVE gallego un retraso de dos años más: el 2012.
Al llegar Feijoo a la presidencia de la Xunta, en abril del 2009, ya se palpaba que, en un contexto de crisis, el 2012 era algo irreal, así que se brindó a suscribir el pacto del Obradoiro con el ministro José Blanco para demorarlo todo hasta el 2015. Con la misma, y ya con Rajoy como jefe del Gobierno, Feijoo también le facilitó las cosas a Ana Pastor para lanzar la cuarta fecha, el 2018, e incluso una quinta con Íñigo de la Serna: el tercer trimestre del 2019 para que el tren circulara en pruebas y se pusiese en servicio en el 2020.