La acusada de matar a cuchilladas en el 2016 a dos ancianos a los que cuidaba en Arzúa decide no declarar

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Vecinos acuden al entierro de las dos víctimas en la parroquia arzuana de Figueiroa
Vecinos acuden al entierro de las dos víctimas en la parroquia arzuana de Figueiroa XOÁN A. SOLER

Iniciado el juicio contra la mujer, que sufrió un brote psicótico durante el que también agredió a su suegro

21 oct 2019 . Actualizado a las 19:53 h.

M. S. R., la mujer acusada de matar en Arzúa en julio del 2016 a dos ancianos a los que atendía y herir a su suegro, mientras estaba en pleno brote psicótico, se ha acogido a su derecho a no declarar en el juicio iniciado este lunes en la Audiencia de A Coruña. El procedimiento contará con jurado popular, cuya constitución se prolongó durante prácticamente toda la mañana.

La acusada llevaba en tratamiento psiquiátrico desde 1994 por una esquizofrenia diferenciada. Los forenses determinaron que en el momento del crimen sufrió un trastorno psicótico agudo que anuló sus capacidades cognitivas y volitivas.

La Fiscalía pide para ella 43 años de internamiento psiquiátrico (20 por cada uno de los fallecidos y tres más por el suegro herido). La defensa, por su parte, solicita la libre absolución de su cliente por «vulneración de de derechos fundamentales en el procedimiento que demuestren que haya sido ella», o si no, la inimputabilidad por enfermedad mental.

Doble asesinato que conmocionó Arzúa

El doble asesinato que conmocionó a Arzúa tuvo lugar el 27 de julio del 2016. M. S. R., de 45 años, armada con un cuchillo jamonero, mató a Soledad Conde Mariño, de 84, madrina de su marido, y a la pareja de esta, Amador Varela Cao, de 98 años, a los que ella misma cuidaba. Posteriormente, hirió a su suegro, E.C.I., de 79 años.

De madrugada, Mercedes S.R. se dirigió a la casa en la que dormían los dos ancianos y les asestó varias cuchilladas que les ocasionaron la muerte. Acto seguido volvió a su propia vivienda, ubicada junto a la anterior, en Figueiroa, y se encontró en la cocina con su suegro, que se había despertado por el ladrido de los perros. Lo siguió hasta el dormitorio, donde con el mismo cuchillo, de 25 centímetros de hoja, le asestó varios cortes. Al volver al pasillo, la agresora se encontró de frente con su esposo y fue su propia hija quien la inmovilizó por la espalda. Ante los gritos de E.C.I., ambos habían acudido en su auxilio. Según la Fiscalía, Mercedes S.R. actuó bajo un brote psicótico. Los dos cadáveres fueron hallados en la cama pasadas las 10 de la mañana, horas después del crimen.