El presidente del Tribunal Superior de Xustiza: «Una instrucción judicial que se retrase muchos años daña nuestra imagen»

José Manuel Pan
José Manuel Pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

José María Gómez y Díaz-Castroverde, en su despacho del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia
José María Gómez y Díaz-Castroverde, en su despacho del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia MARCOS MÍGUEZ

Castroverde está convencido de que la Justicia en Galicia se agilizará: «Si no pensase eso, tendría que dimitir ahora mismo»

25 oct 2019 . Actualizado a las 22:20 h.

«Tenemos que rechazar que una instrucción judicial dure años. Por ejemplo, nadie va a compartir que se manejen siete u ocho años para la instrucción de una causa». José María Gómez y Díaz-Castroverde (Ponferrada, 1956) conoce en sus primeros días al frente del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia que el Consejo General del Poder Judicial confirma la sanción a la jueza Pilar de Lara por retrasos injustificados en sus causas, algunas de hasta ocho años.

-¿No cree que casos como el de la jueza de Lugo distorsionan la opinión social sobre la Justicia?

-No podemos compartir que la instrucción de las causas dure tantos años. Entonces, es evidente que una causa penal que se retrase en su instrucción muchos años perjudica la imagen de la Justicia. Eso es una realidad.

-Y otra realidad es el atraso judicial que se arrastra en Galicia por la huelga de funcionarios.

-La huelga lo que hizo fue agravar una situación ya existente. Por tanto, es un elemento temporal que ha contribuido a generar un retraso que la sección de estadística del Consejo General del Poder Judicial fijó en el 13,8 %, que es una cifra muy genérica, porque yo conozco departamentos de esta casa que han tenido un impacto del 18 %, que ya es una cifra importante. 

-¿Está colapsada la Justicia gallega?

-En la sala de gobierno barajamos en su día la cifra de 17.000 señalamientos suspendidos, pero yo no puedo decir que la Justicia en Galicia esté paralizada ni colapsada, ni mucho menos. La Justicia sigue funcionando, sigue trabajando. Y quiero destacar que los jueces y juezas de Galicia desarrollan una gran labor, que se vio complicada por aquella huelga. Pero no podemos vivir siempre pensando en la huelga. Por eso, mantendré reuniones con todas las juntas de jueces para buscar soluciones entre todos, no imponer nada, solo buscar las soluciones para sacar esto adelante. No hay problemas que no podamos afrontar.

Un señalamiento de un juicio para dentro de dos años es algo muy difícil de aceptar

-Pero había unos 80 juzgados con cientos de casos pendientes.

-Efectivamente, en la sala de gobierno del Tribunal Superior detectamos que había 84 juzgados gallegos con mas de 600 asuntos pendientes, y en nuestra propuesta al Consejo del Poder Judicial se planteaba el refuerzo de todos esos juzgados. El Consejo entendió que eso tendría una repercusión económica que probablemente el Ministerio de Justicia no iba a aprobar, y que era preferible centrarse en los juzgados concretos que, según las estadísticas, tenían un mayor impacto por la huelga.

-¿Eso será suficiente?

-Para paliar los efectos de la huelga será una medida bastante importante. Hay que tener en cuenta que la Xunta hizo cuatro o cinco planes de refuerzo para que los funcionarios recuperaran el trabajo interrumpido durante la huelga. Es evidente que la huelga generó importantes problemas en algunos juzgados que no se van a reforzar, pero como contrapartida hay otros que, tras el paro, han tenido un rendimiento excelente.

-¿Llegará el día en que la situación se haya equilibrado?

-Si no pensara eso tendría que dimitir ahora mismo. El problema de la Justicia en Galicia es el mismo que en otras comunidades. Es un problema global, y hay que entender que la Justicia, por razones históricas, ha llegado siempre tarde a todo tipo de mejoras de funcionamiento. Hay otros entornos, como la Agencia Tributaria o la Seguridad Social, que han tenido avances significativos. No digo que yo tenga una varita mágica, pero creo que en estos próximos cinco años vamos a hacer una labor que va a mejorar mucho la situación actual.

-Algo a mejorar es la transformación digital en los juzgados.

-La transformación digital es ya una realidad. En esta casa tenemos departamentos que funcionan con un papel simbólico. Hay secciones del Contencioso-Administrativo que no usan papel, solo el visor, el expediente judicial electrónico y el portafirmas. Queda camino que recorrer, pero debo reconocer el esfuerzo enorme que hace la Xunta.

-En los juzgados de lo social hay señalamientos de juicios para el 2021. ¿Cómo se le explica eso al ciudadano?

-Un señalamiento para dentro de dos años es algo muy difícil de aceptar, pero si analizamos los números se puede explicar. Si tenemos en cuenta que los juzgados de lo social de Vigo tienen una tasa de entrada de asuntos del 175 %, los de Santiago, del 151 %, los de Lugo, del 148 % y los de A Coruña, del 142 %, ese atraso se explica mejor. Y hay que decir que determinados asuntos de lo social tienen turno preferente de señalamiento, de manera que, por ejemplo, un despido no tiene que esperar dos años.

-Pero al ciudadano afectado esa explicación le sirve de poco.

-A ese ciudadano se le puede decir que su situación es producto de una estructura que genera una entrada de asuntos tremenda. Y el juez es un elemento de último recurso. La sociedad tiene que generar entornos que hagan que no todo termine ante un juez. Pero reconozco que es muy duro de aceptar una citación para dentro de dos años, pero mi obligación es explicarlo.

«No tengo ninguna duda de que todos los jueces somos independientes»

El presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, felicitó a los gallegos por tener a Castroverde de presidente del Tribunal Superior de Xustiza. Él asume el reto, y está dispuesto a cambiar las cosas en los próximos cinco años.

-Los expertos dicen que el sistema judicial actual está obsoleto.

-La organización territorial tradicional se basa en el partido judicial, y en Galicia tenemos 45 partidos judiciales. Es una organización territorial superada. Hay órganos judiciales con muy poco trabajo cuya situación podría mejorar mucho la de otros ciudadanos que sí tienen que esperar. Por tanto, la modificación de la organización territorial es imprescindible. Lo que creo es que ese cambio hay que afrontarlo con generosidad porque hay poblaciones y alcaldes que no quieren que el juzgado se marche de su localidad. Por eso hay que tener una visión generosa porque la Justicia va a mejorar mucho con otros instrumentos territoriales.

-¿Con órganos colegiados?

-Se habló en su momento de los tribunales de instancia, pero es importante lograr un grado de consenso. Creo que concentrar la resolución de asuntos en tribunales de carácter colegiado no es una idea mala. Sería un buen camino para mejorar la Justicia.

-Más de la mitad de la población cree que los jueces no son independientes.

-Comenté ese dato en mi toma de posesión como una paradoja porque no tengo dudas de que los jueces somos independientes. La independencia es la vinculación del juez exclusivamente a la ley. Eso es algo que hay que tener claro. Ningún juez resuelve sin esa vinculación. Y es una paradoja porque en una encuesta hecha a los jueces, el 85 % declaramos que no nos sentíamos en absoluto afectados en nuestra independencia. Pero es cierto que hay un problema de percepción social de nuestra independencia, y por eso creo que los mecanismos de transparencia son los que garantizan que esa percepción social mejore.

-¿Cómo se mejora?

-Nadie nos va a regalar nada. Somos nosotros, los jueces, los que tenemos que demostrar que somos independientes. Debemos tener actuaciones transparentes, y resolver las cuestiones lo mejor que podamos y lo antes que podamos. Y generar un entorno de confianza. Pero hay una realidad también, que nuestra imagen no es tan desastrosa, y está muy por encima de otros poderes del Estado.

Un juez con cinco años por delante en los que ofrece la máxima transparencia

El presidente del Tribunal Superior de Xustiza inició la carrera judicial en Osuna, en la provincia de Sevilla. De aquel juez «queda mucho, porque toda la ilusión y las ganas que tenía entonces de trabajar y de hacer cosas útiles a la sociedad están intactas. Y a eso le añado que tengo más experiencia, con lo que creo que el resultado final es mejor que el del juez que empezó en Osuna». Castroverde está dispuesto a cambiar las cosas. Aficionado a la fotografía, hace un rápido retrato de la situación judicial de Galicia. La conoce bien: diez años en la Sala de lo Contencioso, y otros diez en la sala de gobierno del TSXG. Ofrece transparencia y esfuerzo para sus cinco años de mandato, en los que se compromete a luchar contra la violencia machista, «una lacra social tremenda».